jueves, 18 de julio de 2013

MONTSERRAT: LA MONTAÑA SAGRADA.



Un santuario en lo alto de la montaña
El santuario de Montserrat nació como una ermita dedicada a Nuestra Señora en una montaña de vida eremítica y fue esta característica la que atrajo hacia sí a los monjes benedictinos de Ripoll. Luego vino la imagen y después los milagros y su recopilación en forma  narrada. La vida eremítica, el monacato benedictino, la imagen de la Virgen y sus milagros conforman la historia secular de Montserrat.
Cuando los monjes de Ripoll llegaron a la montaña de Montserrat había unas cuantas ermitas, dos de ellas “in cacumine montis”: santa María, san Acisclo y otras en la falda de la montaña: san Martín y san Pedro. Estas pequeñas capillas y su vecino eremitorio los donaba el conde Guifre el Pelós en el 888 al monasterio de Ripoll y el conde Sunyer en el 933 lo ratificó, pero no será hasta el 1.023 a la llegada del abad Oliva cuando las ermitas formen parte de Ripoll,adquiriendo forma de monasterio la de Santa María  en el 1.036. También consta  la existencia de la ermita de san Miguel desde el siglo IX, otra importante institución de la montaña que se consagra en el 1.042.
En la España visigótica había varios focos de vida eremítica: el monasterio de san Millán de Suso en la Rioja, san Juan de la Peña, y grupos de cuevas artificiales en el Duratón, cerca de Sepúlveda; los del alfoz de Lara con Arlanza; así como Silos y Tabladillo;  Albelda, santa Coloma y Nájera; añadamos a esto  la zona del Bierzo y la zona del Sil que le valieron el nombre de Ribera sagrada; Cadalso en Santander y san Pedro de Rocas en Orense (Díaz y Díaz: 1955-56). Montserrat al igual que otros centros eremíticos imitaba las costumbres de los Padres de Desierto, la tradición oriental de Egipto, Siria y Palestina donde los eremitas se retiraban a hacer vida solitaria  inspirados en san Juan Bautista y el mismo Cristo. Al final del Medievo la vida eremítica necesitó de reglamentación, ya que una oposición latente hacia los eremitas se extendía por todo Occidente.
La iglesia en Cataluña se ha caracterizado por originarse en centros eremíticos, muchas ermitas se edificaron con fin penitencial y originaron un eremitorio, tal como relata  Lladonosa en Lérida: (1970). La idea de que muchas ermitas de esta región nacieron a partir de culto que un eremita daba a una imagen (Christian: 1976) enlaza con esto y vincula el culto a María al eremitismo. La configuración geológica hizo la montaña de Montserrat proclive al anacoretismo. Es posible que desde el siglo VII se implantara el eremitismo en ella (Zaragoza i Pascual: 1993, 17). De las primeras ermitas montserratinas se sabe poco porque no hay documentación sobre ellas, pero a partir del siglo XV con la reforma vallisoletana las cosas cambian. El eremitismo en Montserrat es un caso especial por su larga trayectoria, ya que se mantuvo vivo en convivencia con los monjes cenobitas hasta el siglo XIX.
Se sabe que la imagen de la Virgen de Montserrat pertenece al siglo XII, época en la que las madonnas con el Niño se hacen visibles en catedrales y santuarios dedicados a María. ¿El arte románico es el creador de este prototipo?  Posiblemente no, pues ya existían iconos, pinturas murales y relieves en medallas y marfiles, pero ¿en bulto redondo? Sabemos que había representaciones marianas muy antiguas en terracota como ya contamos hace tiempo. Pero el hecho de tener un santuario dedicado a Santa María con una imagen en su altar principal para rendirle culto parece ser una creación de los siglos XI-XII, época de eclosión del culto a María. Y Montserrat es uno de los pioneros, pronto la imagen se verá rodeada de peregrinos que pasan varios días en el santuario y se creará una cofradía que goce de los privilegios espirituales de los monjes. La atribución de milagros hará el resto para llegar a ser un santuario afamado.
Xilografía de la cofradía de Montserrat
Xilografía de la cofradía. Barcelona siglo XVI

En este monasterio hay dos milagros fundacionales que abren el cómputo de las maravillas obradas por la Virgen de Montserrat: la historia de Garí, el eremita pecador y el hallazgo de la imagen de la Virgen en una cueva de Montserrat. En la vida de Garí se relata la fechoría realizada por un anacoreta cuando intenta curar a la hija endemoniada del conde de Barcelona y su restitución como obra de su penitencia y la intercesión de la Virgen. El milagro del hallazgo es la explicación de la aparición de la imagen en esta montaña tras haber sido escondida en la época de la invasión musulmana, la imagen debido a su poder elige el lugar donde quiere que le construyan el santuario haciéndose inamovible en el sitio. Se trata de dos leyendas, una hace alusión al origen del santuario y la otra al origen de la imagen.
Museo Marés. Barcelona
Tras estos milagros se anotaban cada uno de los que así se consideraban y eran numerados y contados con los nombres de los beneficiarios, el lugar de donde procedían y  la explicación de la dolencia de la que tal persona fue salvada. Este conjunto de hechos hacen posible que una pequeña ermita en lo alto de una montaña rocosa y de muy difícil acceso llegue a ser un lugar de peregrinación conocido en todo el mundo cristiano.
Bibliografía
La bibliografía sobre Montserrat es tan copiosa que resulta imposible apuntarla aquí, en mis trabajos sobre su leyenda doy abundante cantidad que podemos encontrar tanto en la biblioteca de la propia abadía, como en la BN de Madrid, y en la biblioteca del Museo del Traje. CIPE que guarda una importante colección de literatura mariana.
Alarcón Román, C., “Las versiones medievales de la leyenda de Montserrat”, Studia Monastica, vol. 49, 2007, fasc.1, 29-73
Christian, W., “De los santos a María”, en Temas de Antropología Española, Madrid, 1976
Díaz y Díaz, M. C., “El eremitismo en la España visigoda”, Revista portuguesa de historia, 6, 1955, 217-237
Lladonosa, José, “Los centros eremíticos en tierras de Lérida”, España eremítica, Pamplona, 1970
Ribas, Benet, Història de Montserrat, Introducción y notas de F.X. Altés i Aguiló, Barcelona, 1990
Selecció de gravats de la Mare de Déu de Montserrat segles XVI al XX. Publicacions de l´Abadia de Montserrat, 1981
Zaragoza i Pascual, Ernesto, Els ermitans de Montserrat historia de una institució benedictina singular, Barcelona, 1993