jueves, 21 de diciembre de 2017

SIMBOLISMO DE LA ANGUILA DE MAZAPÁN

Hoy  comienza el solsticio de invierno, lo que supone que a partir de este momento, desde el día de la noche más larga crecerá la luz entre nosotros en el hemisferio norte. Y esta fecha la ha utilizado la religión cristiana para el nacimiento del Mesías Cristo, él trae la luz. Y aunque nos pueda parecer raro la serpiente también es emblema de la Luz en los antiguos, ya que igualaban la serpiente al rayo que serpentea en el cielo y por tanto símbolo también del fuego. En Egipto el ureo es un símbolo solar y Macrobio dice que la serpiente Draco es uno de los principales emblemas del sol, su ojo penetrante y vigilante participa de la naturaleza del sol, por eso las serpientes son guardianas de los templos, oráculos, los edificios públicos y los tesoros (Charbonneau-Lassay, 1997: 770). La serpiente es a veces símbolo de Cristo  porque se la ha relacionado con el Verbo Creador, en los primeros siglos del cristianismo varias sectas heréticas usaron la imagen de la serpiente  para simbolizar al Salvador. Entre los cristianos medievales se utiliza la serpiente- Cristo en los báculos pontificales de obispos y abades que terminan en una voluta en cuyo extremo hay una serpiente, imagen casi siempre del Salvador (Ibid, 775).
Foto Concha Alarcón
Museo Nacional d´Art de Catalunya. Barcelona
Báculos s. XIII
El de la derecha es de Mondoñedo.

Además de todas estas concomitancias de la serpiente y Cristo traemos a colación la anguila del sol o lagarto heliaco del que habla el bestiario más reconocido de la Edad Media El fisiólogo que dice que esta anguila cuando envejece se queda ciega pero se guarece en una pared que dé hacia Oriente para que el sol naciente le abra los ojos.

La Navidad está cargada de muchos simbolismos acumulados a lo largo de los siglos, son las fechas en las que comemos algunos dulces tradicionales que tal vez guardan secretos muy antiguos, la anguila de mazapán en forma de espiral es uno de esos animales misteriosos y simbólicos de los bestiarios medievales, la podemos comprar en las pastelerías de toda la zona centro de España. Y bien podría estar relacionada con esta interpretación antigua de la serpiente-Cristo, como emblema del sol y de la luz que rompe las tinieblas.
En relación con estas ideas que sugerimos acaba de publicar en Internet "Old European Culture" un interesante artículo:
http://oldeuropeanculture.blogspot.com.es/2017/12/stilichos-sarcophagus.html
Pastelería de Madrid

lunes, 20 de noviembre de 2017

HOMBRES VERDES EN LA CATEDRAL DE LEÓN

Llaman profundamente la atención, aunque otras veces no había reparado en ellas, unas cabezas esculpidas en el pórtico de la catedral de León rodeadas de hojas que cubren el rostro dejando ver o intuir ojos, boca y nariz, los llaman los hombres verdes o green man, aparecen en algunas otras catedrales o iglesias inglesas, francesas, españolas y otros lugares de Europa, también en la sillería del coro de san Pedro de Poitiers. Lady Raglan pone varios ejemplos de cabezas de hombres verdes en iglesias de Inglaterra reconociendo que es un motivo muy extendido allí,  observa que las caras varían mucho, aunque predominan las hechas con hoja de roble, también dice que los maestros del medievo no se inventaban nada copiaban figuras que veían como el Green Man, Jack in the Green, Garland, etc, siguiendo a Frazer considera que el hombre verde se basaba en una figura que salía en los festivales de mayo de Europa central y del norte (1939).

Aunque sabemos que los hombres verdes tienen muchas connotaciones anteriores al cristianismo  nosotros lo vemos como un símbolo que ha migrado de una cultura a otra y de un tiempo a otro, esto pasa con los símbolos, no son estáticos, sino que se van cargando de significados a lo largo del tiempo los toman los romanos, los celtas, los visigodos, la cultura del románico y el gótico, etc. La migración de los símbolos ha sido estudiada abundantemente por Rudolf Wittkower (2006).

Siguiendo con la catedral de León a alguno le parece extraño que estas cabezas estén tan a la vista de la gente porque se supone que guardan un secreto esotérico. Pero aunque así sea pues siempre hay varios niveles de lectura, podemos también entenderlas en un sentido más literal un nivel más sencillo, estudiarlas en su contexto que es la fachada oeste de la catedral, o sea la fachada principal por la que entramos que tiene tres portadas: la central con la Virgen Blanca y el Juicio Final, las naves laterales son la de San Juan Bautista a la izquierda en la zona del evangelio y a la derecha san Francisco en el lado de la epístola.

La puerta que da a la nave del evangelio la de san Juan es la que tiene las cabezas verdes, y un tímpano con la Natividad del Señor, además en las arquivoltas se hace alusión al árbol de Jesé y a la vida de san Juan. Las cabezas se ubican en un lateral y su simbolismo puede tener un carácter profético, anticipan la venida del Mesías, son los heraldos verdes, proféticos como san Juan Bautista el precursor, el que preparó el camino a Cristo. Esta interpretación simbólica me la ha sugerido el libro de Olivier Beigberder que dice en relación a las máscaras vegetales “El simbolismo de esas máscaras es evidente: vomitar hojas, preparar la venida de Cristo, es decir el madero del árbol en que será clavado, y desempeñan así un papel semejante al de los Profetas” (51)
La simbología del árbol es tomada por el cristianismo medieval. El árbol de Jesé, que le nace a Jesé en su vientre es el árbol de la estirpe de David de la que procede Jesús, como remate final de ese símbolo. Por otro lado Cristo es tomado como axis mundi al morir en la cruz hecha con madera de árbol. De hecho en el mosaico absidial de san Clemente de Roma vemos el árbol de la vida convertido en la cruz y en algunos grabados se muestra el crucifijo con ramas del árbol sin trabajar para que se vea que la cruz fue un árbol y es un árbol de la vida.
Bibliografía
Beigbeder, O. , Léxico de los símbolos, Madrid, 1995
Lady Raglan, "The Green Man in church architecture", Folklore, 1939, 47-57
http://dx.doi.org/10.1080/0015587X.1939.9718148
Wittkower, R., La alegoría y la migración de los símbolos, Madrid, 2006

miércoles, 1 de noviembre de 2017

SANTA MARÍA DE LA ALMUDENA: OSCUROS ORÍGENES LEGENDARIOS

En el siglo XIII había diez parroquiales dentro de los muros de Madrid, pero en el recinto de la muralla árabe solo estaba Santa María construida sobre la antigua mezquita. En el perímetro de la muralla cristiana estaban: san Andrés, san Pedro, san Justo, san Miguel de los Octoes, san Salvador, san Nicolás, san Juan y Santiago, más san Miguel de La Sagra. Había además otras tres en el arrabal. No encontramos fuentes muy antiguas de las leyendas de la Almudena, pero es posible que se conserve alguna manuscrita, aunque sí está probada la existencia de una iglesia dedicada a Santa María desde época medieval que ya hemos nombrado. Esta iglesia se construyó dentro del recinto amurallado árabe, por ello se llama Almudena, porque estaba dentro de la medina original. Pero hay algunos que pretenden que Almudena proviene de otra palabra árabe almudín o alhóndiga de los moros (Mesonero Romanos, 1981:33).
Muralla ante la actual Almudena

Las iglesias dedicadas a Santa María en un momento dado consiguen una imagen y elaboran una leyenda que justifica su culto, cada leyenda se adapta a la historia local de la población a la que pertenecen. En este caso la leyenda de la Virgen de la Almudena se asienta en tres ideas de la tradición: 1) la creencia de que es una imagen hecha por san Lucas y traída por Santiago a España, 2) en el hecho de que fue escondida cuando llegan los moros a la población y 3) su hallazgo posterior en la muralla árabe después de la toma de Madrid por Alfonso VI.  Aunque todas esas premisas no son ciertamente verosímiles. Porque se dice que es una imagen previa al templo, del origen del cristianismo, cuando primero es el templo medieval y después la imagen e igualmente inverosímil es la localización en la muralla árabe de Madrid.
Ntra. Sra. de la Almudena. Siglo XVIII
Colección Rodríguez Moñino. RAE
La iglesia de Santa María tenía una imagen "muy antigua" de María llamada de la Almudena (no se sabe bien de qué siglo), en el siglo XVII  se discute el patronazgo mariano en Madrid: unos optan por la Almudena y otros por la Virgen de Atocha, Vera Tassis y Villarroel en su obra El triunfo verdadero y la verdad defendida en la historia del origen, invención y milagros de nuestra Señora la Real del Almudena, Patrona de Madrid, escribe defendiendo su patronazgo  en contra de Fr. Agustín Cano y Olmedilla que pretendía que la imagen de Atocha era más antigua y por ello la patrona de Madrid.
Un dato importante a nuestro parecer es que en el arca sepulcral de san Isidro y en el Códice de Juan Diácono, ambos de finales del siglo XIII, aparece el santo rezando a las dos imágenes importantes de la villa, la Virgen de la Almudena y a la Virgen de Atocha. De lo que deducimos que ambas eran imágenes de devoción desde aquel momento del Medievo. Otro dato posterior en el tiempo es el emplazamiento de la imagen en el templo ya que puede darnos la idea de su importancia, en el siglo XVII se dice que tenía una capilla específica de la que pasó al altar mayor.
Imagen de la Almudena.
Cuesta de la Vega
Tenemos noticia de dos importantes festividades que tenían lugar en esta iglesia: el Corpus y la fiesta de santa Ana. Ricardo Sepúlveda relata en “El jueves del Corpus de 1623 en Madrid” las vísperas del Corpus cuando salen el Mogigón y la Tarasca de la iglesia de Santa María y  su paso por la calle Mayor y al día siguiente el recorrido de la procesión del Corpus: “Comenzó a salir como suele, de la Iglesia de Santa María (Parroquia más antigua), a las nueve de la mañana, y se acabó cerca de las tres de la tarde” (1888: 68) indica su recorrido y los componentes de la procesión con el rey a la cabeza, dignidades eclesiásticas y civiles y veinte clérigos para llevar la Custodia donde va el Santísimo Sacramento… El otro informante es Cervantes quien nos relata en La gitanilla la fiesta de santa Ana,  a quien llama patrona y abogada de la villa, con una danza de ocho gitanas jóvenes y viejas y un guía gitano que bailan en la iglesia de Santa María delante de la imagen de santa Ana y que terminan cantando un romance http://calarc.blogspot.com.es/2012/10/danzas-sagradas-en-textos-literarios.html. La capilla de santa Ana tenía fama de ser lo mejor de la iglesia de Santa María.

Esta iglesia no tuvo una historia feliz y aunque algunos como Antonio Ponz no la considerara a la altura de Madrid es una pena que tras la Revolución de 1868 la mandaran demoler, porque conservaba una parte importante de la historia de Madrid. Hoy en día, al final de la calle Mayor frente a Capitanía General, antiguos Consejos, en la calle de la Almudena hay un espacio para su recuerdo ya que en el suelo quedan restos arqueológicos de parte de sus muros protegidos por una estructura acristalada, en una esquina se puede contemplar una reproducción en bronce de la antigua iglesia de Santa María. El post quiere recordar aquella iglesia del viejo Madrid que cuando escribió Mesonero Romanos aún estaba en pie.
Maqueta de la iglesia de santa María.
Junto a sus ruinas
Bibliografía
Azorín, Francisco, El Madrid devoto y romero, Madrid, Avapies, 1984
Cervantes, Miguel de, "La gitanilla", en Novelas ejemplares (selección), Barcelona, 2012
González Dávila, Gil, Teatro de las grandezas de la villa de Madrid, Madrid, Tomás Iunti, 1623
En Internet B.D.H.: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000092802&page=1
Mesonero Romanos, Ramón de. El antiguo Madrid, Madrid, 1981
Ponz, Antonio, Viaje de España, 2, Tomos V-VIII. Trata de Madrid, Sitios Reales inmediatos y de Extremadura, Madrid, Aguilar, 1988
Quintana, Jerónimo, A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid, Madrid, Imprenta del Reyno, 1629
En Internet BDH: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000085054&page=1
Sepúlveda, Ricardo, Madrid viejo. Crónicas, avisos, costumbres y descripciones de la villa y corte, Madrid, (1888) facs. 1989 

sábado, 7 de octubre de 2017

UN EXVOTO EN LAS VIRTUDES DE SANTA CRUZ DE MUDELA.-

Santa Cruz de Mudela tiene un santuario a las afueras de la villa dedicado a Ntra  Sra de las Virtudes, resulta extraordinario entre otras cosas porque tiene anexa una plaza de toros cuadrada. La actual ermita fue construida en varias etapas desde el siglo XIV hasta el siglo XVIII. Nos interesa especialmente la capilla principal con su altar, una cúpula, el camarín de la Virgen y una escalera que une el camarín con la capilla. Todo ello con pinturas de entre 1696 y 1736, relativas a escenas bíblicas, de la vida de la Virgen y conceptos doctrinales.
Plaza de toros

Árbol de Jesé con la visión de Mambré y
bendición del primogénito
Vamos a colocarnos en la escalera que sube al camarín de la Virgen porque en un luneto de la bóveda donde arranca la escalera estaba colocado un cuadro con un texto impreso dedicado a la Virgen que vamos a analizar como un exvoto de la Virgen [Este cuadro no podía leerse habitualmente porque estaba en alto, pero en 2016 fueron restauradas las pinturas murales y se bajó el cuadro exvoto]. En una cartela pintada sobre esta escalera encontramos la razón de que tenga una posición prioritaria pues Bartolomé Nieto del Amo y su esposa Jerónima eran los padres del autor del texto, y fueron los mecenas de las pinturas del camarín de la Virgen, fechada a siete de septiembre de 1699.
Pelea de Jacob con el ángel

El texto, escrito en latín, está impreso en un lienzo con una orla de elementos vegetales, cestos y jarrones. Por su contenido y forma podemos dividir en varias partes separadas por los tipos y tamaños de letrerías y representaciones figuradas:
Orla e incipit del texto


1-    Serie de alabanzas y epítetos dedicados a la Virgen  por sus virtudes tradicionalmente nombradas y rememoradas en especial por los vecinos de Santa Cruz de Mudela, patria del que suscribe el escrito.
2-      Juego de palabras que alude a unas fórmulas y unos conceptos del lenguaje sacro barroco en relación a la Virgen María. Este lenguaje es heredero de la tradición y también especialmente de la visión renacentista que reinterpreta la mitología clásica.
3-      Invocación a la Virgen de las Virtudes por Manuel Jacinto Nieto Laguna y Lamo para que le salga bien  el certamen académico, florecillas de jurisprudencia que versa sobre el “usufructo de las cosas que son consumidas por el uso”.
4-      Seis conclusiones numeradas relativas al usufructo. Basadas en derecho romano de las recensiones del Digesto de Justiniano
Conclusiones

5-      Finalmente unas líneas bastante borrosas y deterioradas para conocer la calificación del estudiante de leyes y el pie de imprenta, que sí se puede leer: por el impresor Eugenio Antonio García, Salamanca en 1697.

Manuel Jacinto era uno de los hijos de Bartolomé Nieto del Amo y Jerónima Laguna Rodero, familia pudiente de Santa Cruz de Mudela desde el siglo XVI, vinculada como mecenas a la ermita de las Virtudes. Bartolomé, el padre, era alcalde de la villa y alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición. Su hijo Manuel Jacinto (1674-1700) estudia leyes en Salamanca y es nombrado caballero de la Orden de Santiago, muere muy joven a la edad de 26 años, pero antes realiza una disputa o conclusión, un ejercicio dialéctico para ejercitarse en la argumentación y la respuesta (1697), todo en latín como se seguía haciendo en Salamanca, para mayor conocimiento de estas solemnidades puede leerse la vida de Torres Villarroel (1743-1751). En estos actos había un presidente, un sustentante y unos arguyentes, se celebraban en los días de asueto o fiestas no solemnes en el periodo lectivo del 18 de octubre al 8 de  septiembre, teniendo lugar dos al mes. El sustentante debía ser bachiller o del tercer año de estudiante.
Coronación de la Virgen en el camarín
En realidad se trata de un ejercicio académico de la universidad de Salamanca donde estudiaba Manuel Jacinto Nieto, pero también es un voto a la Virgen de las Virtudes para que le ayude en la empresa que se ha propuesto, y como consigue pasar bien la prueba sus padres colocan este lienzo enmarcado en la escalera del camarín de la Virgen, testimonio de la ayuda recibida. Así que unas Conclusiones de la universidad de Salamanca se convierten en un exvoto. Esto no es una cosa rara, pues se colgaban muchos tipos de objetos en las paredes de los santuarios para dar gracias y testimonio.”Las ofrendas se hacen para ser expuestas en los altares y camarines de las imágenes benefactoras, o también en las paredes y techos de las ermitas o santuarios, para que todos los devotos puedan reconocer las actuaciones milagrosas” (Rodríguez Becerra, 1989:123).  En este caso no es una situación de vida o muerte, pero sí  relacionada con el éxito social que también entra dentro de las preocupaciones humanas que requieren de la petición de ayuda, de hecho así lo implora Manuel Jacinto a la Virgen de las Virtudes.
Bibliografía
VV. A.A. El enigma de las Virtudes. Estudio histórico arqueológico del santuario de las Virtudes, Ciudad Real, 2015
Rodríguez Becerra. S., "Formas de la religiosidad popular. El exvoto: su valor histórico y etnográfico" En la religiosidad Popular. I Antropología e historia, Sevilla, 1989
Rodríguez Cruz, A., Historia de la Universidad de Salamanca I, Salamanca, 2002
Torres Villarroel, Diego de Torres, Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras, Barcelona, 2016
Velasco Maíllo, H., Es un voto. Exvotos pictóricos en La Rioja, Exposición del 16 de septiembre al 25 de octubre, Logroño, 1997

domingo, 10 de septiembre de 2017

LA PALOMA EN EL ARTE POPULAR

Las palomas han formado parte de la cultura mediterránea desde la Antigüedad, me refiero a que las palomas han sido útiles tanto por su carne como por otras causas como por ejemplo la mensajería. Parece que fueron los romanos quienes nos transmitieron el uso de las virtudes y utilidades de estas aves. Es interesante observar cómo los romanos construyeron los columbarios o cámaras sepulcrales para albergar urnas funerarias a semejanza de los nidales de los palomares (Berlanga Santamaría, 107: 2005). De hecho en los sepulcros antiguos se graban palomas.
También se utilizan palomas, en este caso reales, en ciertas fiestas como la Candelaria: “María cuando va a misa lleva tórtolas y velas, y por eso la llamamos María de las Candelas…” En muchos pueblos de Castilla y Extremadura así como en otros lugares la paloma se asocia a María en la fiesta de la Purificación de la Virgen el dos de febrero, mientras en la Pascua de Pentecostés en Andalucía se alude a la blanca paloma, la Virgen del Rocío. Pero es la Candelaria la más popular, en recuerdo de aquella ofrenda que hizo la Virgen en el templo. "Y como es costumbre. soltarán, en Las Candelas, las palomas por la iglesia, y le llevarán un roscón a la Virgen, y harán una procesión en derredor del templo...Y ojo con que se apague la vela que lleva la Virgen, que si así ocurre, nada más habrá que males y desgracias a lo largo de todo el año.." (Barroso Gutierrez, 1987).
 Así que las palomas forman parte tanto de la cultura rural como del imaginario simbólico legado por la cristiandad. Por ello encontramos palomas simbólicas en muy diferentes objetos del arte popular como pueden ser los bordados, los muebles, cuernas, y todo tipo de joyas como los pendientes, collares, cruces, medallas, etc.

Empezaremos haciendo alusión al uso de palomas en la joyería popular porque hay gran cantidad  de ejemplos: la arracada con una paloma colgando sobre la media luna o aro en el Catálogo de la colección de pendientes de Carmen Baroja de Astorga nº1830 lámina IV y el 8294 lámina V y los pendientes de calabaza que son esferas de filigrana calada de las que cuelgan siete palomas o una paloma, en el mismo catálogo lámina II nº 8788 y 9890. “La mano así como la paloma, que encontramos con mucha abundancia, en las arracadas sobre todo, se consideraban muy eficaces contra los hechizos que pudieran entrar por el oído” (Baroja, 8: 1945). En el Suplemento al catálogo de la colección de pendientes hay más ejemplos así como en el Museo Sorolla
Pieza nº 70030 Museo Sorolla
Foto de Susana Vicente Galende

Otro objeto del que cuelgan palomas es un crucifijo de plata del Museo Sorolla nº 70111, es interesante resaltar la colección de joyería popular que atesoraba Sorolla y que se guarda en su museo de Madrid.
Pieza nº 70111 Museo Sorolla
Foto de Susana Vicente Galende
En el Museo Sorolla también se conservan una colección de mancerinas en forma de paloma:
Mancerinas.
Museo Sorolla.

Las medallas en las que se representan palomas suelen ser medallas de alguna Virgen en cuya parte superior se coloca una paloma que representa al Espíritu Santo, como la que mostramos de la Virgen del Prado  nº 2755 del Museo de Artes Decorativas.
Medalla nº 2755
Museo de Artes Decorativas
En los bordados también aparecen palomas que adornan muchos tapetes, hemos elegido unas palomas bordadas en blanco sobre azul del Museo de Artes Decorativas de Madrid.
Tapete n º 23980
Museo de Artes Decorativas

También están los trabajos en hierro con palomas: candeleros y candiles con palomas de hierro forjado recortadas.
Candelero de hierro.
Candiles con motivos lunares y palomas.
Museo de Cáceres

Finalmente podemos considerar las palomas grabadas en los escaños de piedra del Ayuntamiento o Concejo de Collado Villalba, tal vez con la idea de que las reuniones fueran pacíficas como las palomas.
Escaños en piedra.
Concejo de Collado Villalba

Bibliografía
Baroja Nessi. Carmen, Catálogo de la colección de pendientes del Museo del Pueblo Español, Madrid, 1947
Barroso Gutiérrez, Félix, "La Solana. Apuntes para un calendario agropecuario y etnográfico de la Alta Extremadura", Revista de Folklore, tomo VII, nº 74, 1987, 62-68
Berlanga Santamaría, Antonio, "Los palomares en el Señorío de Molina", Cuadernos de Etnología de Guadalajara, nº 37, 2005, 103-117
Joyas populares, Museo del Pueblo Español, Madrid, 1984
Pelauzy, Mª Antonia, Spanish Folkcrafts. Fotografías de F. Catalá Roca, Barcelona, 1978
Peña- Santiago, L.P., Arte popular vasco, San Sebastián, 1985
Suplemento al catálogo de la colección de pendientes, Madrid, 1952


miércoles, 16 de agosto de 2017

EL MOTIVO DE LA PALOMA CRISTIANIZADO

La paloma en el mundo cristiano se representa en diferentes artes, contextos y temas. En relación a las artes las visualizamos: en la escultura, el relieve, la pintura, en mosaicos, en las joyas, platería, monedas, medallas, etc.  Igualmente es un símbolo recurrente a lo largo de los siglos en diferentes contextos: como parte del contexto sepulcral enmarca el crismón, en las medallas está presente en la Epifanía, forma parte de los símbolos del cristianismo primitivo, también forma parte de objetos litúrgicos y de las ilustraciones del árbol de la vida, etc. No obstante es un tema poco estudiado y muchas veces ignorado, aunque hay algunos textos imprescindibles como el de Jesús Herrero Marcos  (2010) y el más antiguo de  Charbonneau-Lassay (Trad. 1997).
El arte paleocristiano
El arte paleocristiano utiliza abundantemente la paloma, probablemente aparece representada por primera vez en las catacumbas y después en sarcófagos, en joyas e insignias religiosas, incluso en una moneda de Constantino, etc. La paloma adquiere la identidad del alma del muerto, también significa la paz de Dios cuando trae la rama de olivo tras el diluvio, la paloma es el emblema de Cristo y se identifica también con la Eucaristía.
Lauda emeritense. MAN

Dentro de las joyas cristianas de los primeros siglos han sido estudiadas piedras finas grabadas en las que aparecen palomas con la rama de la paz o sin ella, junto a diversas simbologías cristianas: 1) Entalle en sardio o sardónice con candelabro de los siete brazos terminando cada brazo con una paloma, siendo los tres centrales estandartes romanos, de la colección Greville Chester; 2) entalle en cornalina I A Ω entre dos estrellas de seis puntas, abajo un pez y arriba una paloma (siglo IV) de la colección Dressel (Fortnum, 1880:361). 3) Un anillo de oro con engaste de ónice en el que aparece el arco iris de la paz encima de la paloma y 4) una moneda de Constantino que lleva una imagen del lábaro coronado por una paloma, esta moneda y el anillo ha sido estudiados por Leclercq (Charbonneau-Lassay, 1997: 479). 5) Otro objeto de singular interés es el entalle del Buen pastor del Museo de Bellas Artes de Bilbao fechado en el siglo IV y estudiado en un artículo junto a otras gemas similares que se conservan en diversos museos (Corzo Sánchez y García García, 2014). Para mí la iconografía de este entalle consta de: árbol que podría ser un olivo, dos palomas, Cristo como Buen Pastor, dos peces, ancla, altar y mano divina, alfa y omega, crismón, corona de laurel. Todo ello dentro de la simbología cristológica. 
Entalle del Buen Pastor.
Museo de Bellas Artes de Bilbao

En los Museos Vaticanos se conservan medallas antiguas paleocristianas en las que aparece la paloma junto a los tres Reyes Magos en la Epifanía, estas medallas fueron dibujadas y estudiadas por De Rossi y por Leclercq; también hay lucernas de barro con una paloma en relieve de los primeros siglos del cristianismo.
Medallas de la Epifanía. Museos vaticanos
Lucernas. Museos vaticanos

En algunos museos españoles se conservan objetos paleocristianos con palomas. Por ejemplo en el Museo Arqueológico Nacional hay laudas sepulcrales con palomas como una inscripción funeraria cristiana emeritense con el crismón y dos palomas; y en el Museo de la Ciudad de Barcelona una lápida funeraria de san Gervasio de Casoles MUHBA (siglo V). 
Lápida funeraria san Gervasio de Casoles

Arte medieval
En el medievo se diversifican las artes y los objetos en forma de paloma, por un lado continúan los relieves con palomas en las laudas sepulcrales, por otro lado aparecen las píxides eucarísticas de oro y plata en forma de paloma. La relación de la paloma y la Eucaristía queda clara en la píxide o paloma eucarística pues se trata de un vaso eucarístico que colgaba sobre el altar.
San Salvador de Pazos de Arenteiro. Boborás

Y en la iconografía de capiteles en las fachadas de algunas iglesias románicas se esculpen palomas tal vez dando la paz a la entrada de la iglesia de mártires, tenemos los ejemplos de san Vicente de Ávila con un capitel con palomas o tórtolas de la portada norte, otro en la del sur y en el ábside (Repullés y Vargas, 1894: 64); y de las iglesias románicas de la zona del Ribeiro como San Clodio y San Salvador de Pazos de Arenteiro (Boborás).
Capiteles fachada del monasterio de san Clodio.

 También se colocan palomas en la ilustración de los Árboles de la Vida: del sueño de Nabucodonosor de la Biblia de León  (Williams, 1977: 57) o en el árbol de la vida convertido en cruz del mosaico absidial de san Clemente en Roma en el que hay doce palomas por los doce apóstoles y en las representaciones del arca de Noé de los Comentarios al Apocalipsis de san Juan del Beato de Liébana, siglo X; otro árbol en el que reposan varias palomas es el Perindex o Peridexion del Bestiario Aberdeen que muestra palomas refugiadas en un árbol para salvarse del dragón y alimentarse de la fruta; igualmente el árbol de Jesé que se conserva en el Louvre, una plaquita de marfil grabada en la que hay palomas sobre el árbol que crece de Jesé. 

A lo largo de la Edad Moderna tenemos ejemplos de la utilización de la paloma con la rama de olivo en iglesias tan importantes como San Pedro de Roma y Sta Mª Maggiore para trasladar la idea de paz. Pero en los últimos siglos la paloma se ha centrado en representar la imagen del Espíritu Santo en la Anunciación y también en el Bautismo de Cristo como se menciona en los Evangelios, y no la Epifanía como veíamos en las medallas paleocristianas. En el próximo artículo daremos cuenta de la paloma en las artes populares, ya que lo popular recoge esta tradición secular de la que provenimos en buena parte del mundo mediterráneo cristiano. 
En el pórtico de san Pedro de Roma

Bibliografía
Charbonneau-Lassay, L., Bestiario de Cristo, Vol. II, Barcelona, 1997
Corzo Sánchez, Ramón y García García, Miguel Ángel, Una gema con motivos cristianos en el museo de Bellas Artes de Bilbao, Boletín Museo de Bellas Artes de Bilbao, nº 8, 2014, 17-45
En Internet: https://www.museobilbao.com/uploads/salas_lecturas/archivo_es-54.pdf
Fortnum, C.D.E., “Additional notes on finger rings and some engraved gems of the early christian period”, The Archeological Journal, vol. 37, 1880, 351-363
En Internet: http://archaeologydataservice.ac.uk/archiveDS/archiveDownload?t=arch-1132-1/dissemination/pdf/037/037_351_363.pdf
Grabar, André, Las vías de la creación en la iconografía cristiana, Madrid, 1991
Herrero Marcos, Jesús, Bestiario románico en España, Palencia, 2010
 Leclercq, H., "Amulettes" en Dictionnaire d´Archéologie Chrétienne et liturgie, Paris
Repullés y Vargas, Enrique María, La basílica de los Santos Mártires Vicente, sabina y Cristeta en Ávila, Madrid, 1894, ed. Facs. Con estudio preliminar sobre Las restauraciones de san Vicente de Ávila en la segunda mitad del siglo XIX por José Luis Gutiérrez Robledo, Ávila, 19
Williams, John, Early Spanish Manuscript Illumination, New York, 1977

miércoles, 12 de julio de 2017

EL SIMBOLISMO DE LA PALOMA. I PARTE

Aunque se conoce poco del culto a las palomas y su simbolismo a lo largo del tiempo voy a tratar de avanzar algunas ideas sobre este tema y para ello dedicaré varios post. Las excavaciones arqueológicas que llevó a cabo M. Gimbutas han evidenciado que la Vieja Europa (Creta, Malta y norte de los Balcanes, Checoslovaquia, Yugoslavia, Hungría, Rumania y Bulgaria) tuvo una cultura Neolítica que es muy antigua, datándose entre el 7000 y el 3500 a.C. Esta cultura  agrícola tenía una mitología de culto a la Gran Diosa y a los tótems asociados a ella, las primeras imágenes de la Diosa proceden de Europa y Oriente Próximo (Campbell).  Se la simbolizaba a través de ciertos animales, a veces era representada con cabeza de pájaro.
Pero es en Creta donde se da culto por primera vez a la paloma, uno de sus animales totémicos. En las excavaciones se han encontrado palomas de terracota que se usaban como ídolos y también como exvotos y como talismán para los muertos. Igualmente se conservan otros objetos como una sacerdotisa de la Diosa en terracota con palomas en la cabeza del periodo minoico 1500-1300 a.C. (Campbell, 2015: 187). Las representaciones de palomas forman parte de los altares, de las  columnas sagradas, del árbol de la vida, de las pinturas de los palacios y la decoración de los templo. Parece que desde Creta su culto se extendió por el Mediterráneo, sir Arthur Evans (1909: 105) relaciona su culto con el de los árboles sagrados y pilares, y afirma que el culto a la paloma no es bien conocido. Los sumerios son el pueblo civilizado más antiguo que también dio culto a la Gran Diosa, llamándola Inanna-Istar, a la que se consagran palomas. Reinach (Anthropologie, VI, 562-563) considera que el culto a la paloma asociado con Semíramis (hija de Atargatis, asiria) no es de origen semítico.
Invasiones indoeuropeas y semitas 
Las invasiones que se produjeron en Europa y también en el suroeste asiático supusieron el paso de un sistema matrilineal, basado en el derecho materno, a otro de un sistema androcéntrico con una mitología masculina y guerrera. Los pueblos indoeuropeos tenían una huella lingüística de pueblos relacionados entre sí lo que quiere decir que sus mitologías eran una misma mitología en lenguas diferentes (Campbell, 2015: 117). Aunque imponían su gobierno absorbieron la influencia de la civilización anterior al ser más avanzadas las culturas indígenas, por lo que el culto a la Diosa Madre se transformó pero no desapareció.
La Gran Diosa toma nombres atributos distintos según los lugares, nombraremos otras culturas que usaron la paloma simbólicamente: en el imperio hitita de Asia Menor está documentado el culto a la paloma, la diosa Astarata la llevaba en la cabeza (Charbonneau-Lassay, 1997:476-477); de Susiana (Elam) se conserva una columna de lapislázuli en el Museo del Louvre; en Micenas, Schliemann encontró un altar con cuernos y dos palomas con las alas extendidas; para la cultura fenicia fue el ave de la diosa del amor Atárgatis- Derceto; para los sirios era Atárgatis y la paseaban en forma de paloma dorada dos veces al año a las orillas del mar, se cuenta que Semíramis de Asiria era hija de Atárgatis y que desapareció de repente en forma de paloma.

Árabes
Para los árabes la paloma tiene un uso totémico (Robertson W. Smith, 1903), en las tablas de Wustenfeld que reúnen nombres de clanes y grupos actuales aparece Hamama, paloma. Los árabes no ponen nombres personales a los niños provenientes de su padre sino de su tío o abuelo. La masa de nombres de tribus con un animal es grande y significativa, esos nombres no son meros accidentes o metáforas. La segunda prueba de que estos nombres son verdaderos tótems es la creencia de los hombres de la tribu de que pertenecen a la sangre del animal del que llevan su nombre.
Los animales sagrados están en los santuarios, conocidos casos son las palomas en la Meca y las palomas y los peces de Astoreth. Las palomas en la Meca puede ser una importación de Siria y el culto a Ashtoreth puede ser resultado de una fusión de cultos más antiguos que se  extendieron por toda Siria de influencia Babilonia.
Hispania
En cuanto a la Hispania prerromana tenemos objetos en forma de paloma como fíbulas de la cultura celtibérica del siglo III a.C.; de Tartesos en la excavación del Turuñuelo se ha hallado una pieza metálica con forma de piel de toro y dos palomas (El país, 8 de octubre, 2016); otro objeto singular es el Kalathos del árbol de la vida de Cabezo de Alcalá (Teruel) con palomas sobre las ramas del árbol. En el santuario de  Castellar de Santisteban han aparecido cantidad de exvotos de bronce de guerreros y damas con ofrendas de palomas



Kalathos.Árbol de la vida. Cabezo de Alcalá.
Cerámica Ibérica 


Época clásica de la Antigüedad: griegos y romanos.
Los primeros datos literarios en los que hay palomas son de Homero en La Odisea, las palomas llevan el néctar a Zeus, son sus sacerdotisas. La paloma es igualmente conectada con Dione, consorte de Zeus Pelasgian.
Osculatorio. Bajo Imperio romano.
MAN

La transformación de Astarté en Afrodita debió tener lugar en Chipre entre el 1200 y 900 a.C. con la llegada de los aqueos, quienes adoptaron a la diosa oriental de la fertilidad y la helenizaron. Posteriormente la paloma será el ave principal de Afrodita en la que se mezclaron tradiciones diferentes para crear una imagen nueva de la vida.
Textos:
 En la Metamorfosis de Ovidio, Alcítoe conoce multitud de historias y cuenta: “Recordaba a Semiramis su hija, transformada en paloma” p. 69. O el rey Anio cuyas hijas se habían convertido en palomas: “Baco las convirtió en maravillosas aves, y fueron consagradas a Venus” p. 235

Virgilio en su Eneida Libro VI: Apenas había hablado cuando por caso dos palomas bajaron volando del cielo ante sus ojos y se posaron en el verde suelo. El gran héroe entonces reconoció entonces las aves de su madre y alegre implora: Sed mi guía, si es que hay algún camino, y alzad el vuelo por el aire hasta el bosque donde la espléndida rama da sombra al pingüe suelo” (Virgilio, 2005: 167).

Bibliografía
Baring, Anne y Jules Cashford, El mito de la Diosa, Madrid, 2014
Campbell, Joseph, Diosas. Misterios de lo divino femenino, Girona, 2015
Charbonneau-Lassay, L. El bestiario de Cristo, vol. II, Barcelona, 1997
Publio Ovidio Nasón, Las metamorfosis, Madrid, 1980
Smith, Robertson W., Kingship and marriage in early  Arabia, London, 1903
Virgilio, Eneida, Madrid, 2005

martes, 13 de junio de 2017

UN PASEO POR EL ORIGEN DE MADRID

Vista de la Almudena y las Vistillas desde el Puente de Segovia.
Dicen que los madrileños no conocen bien Madrid y dicen verdad. Hace días paseando desde la Puerta del Ángel hasta Puerta Cerrada lo miré todo con ojos nuevos, admirándome con lo casi desconocido. Quería ver lo que se considera el Madrid medieval mirando hacia Madrid desde el otro lado del puente de Segovia para ver las dos colinas sobre las que se originó Madrid: a la derecha las Vistillas y san Francisco, al otro lado la Almudena donde estuvo el Alcázar y entre ellas el barranco que ahora es la calle Segovia por donde corría un arroyo que dio su nombre a Madrid. Al subir calle arriba la calle Segovia nos percatamos de dos cosas: del bravo desnivel entre las dos colinas, y también de la distancia que hay de las colinas al río, los habitantes de Madrid no podían vivir de las aguas de su río, sino de las aguas de los arroyos y fuentes que bajaban la calle Segovia hasta el Manzanares. Esas aguas provenían del subsuelo de Madrid, pero emergían en algunos puntos como fuentes.
Escalera de los ciegos.
En mitad de la calle Segovia el viaducto que une las dos colinas que hemos mencionado y tras el viaducto la casa del Pastor, la iglesia de san Pedro el Viejo y Puerta Cerrada. Junto a la actual iglesia de san Pedro se hallaba la fuente que en el siglo XIII ya llamaban de san Pedro. Esta fuente era la principal fuente que nutría el arroyo de San Pedro o arroyo Matriz que los árabes denominaron Maŷrit, traduciendo el antiguo topónimo matrice. Todo esto se puede ver sobre el terreno aunque tenemos que recordar que Madrid es una ciudad que ha hecho desaparecer su pasado de una manera dramática, muchos edificios, muchos hitos tenemos que imaginárnoslos, es una pena que conservemos tan poco de nuestro pasado. De todas formas leyendo los libros de historia de Madrid y caminando por sus calles, plazas, parques, etc., podemos aprender mucho. Aunque se destruyan edificaciones, lugares, nos quedan los nombres, los topónimos guardianes de la memoria. Los nombres de las calles de Madrid guardan su historia, la historia olvidada.
Calle Segovia y el Viaducto .

Por otro lado sabemos por la arqueología, fuente vital para la historia, que Madrid tiene un origen medieval, pues no hay Madrid romano ni posiblemente tampoco visigodo. Veo tres controversias en torno al origen de Madrid: una relativa a la fundación, otra respecto al topónimo de Madrid y finalmente el problema de las aguas de Madrid.
En las Vistillas.
1)      Se ha dicho que hubo un Madrid visigodo, un pequeño pueblo en el barranco del arroyo Matriz, eso lo aseguran algunos historiadores como Oliver Asín (1959) o Nuria Ferrer García (2016) actualmente, aunque hay otros que centrándose en las excavaciones arqueológicas consideran que Madrid tiene un origen árabe, se creó como una plaza fuerte frente a las incursiones cristianas y luego llegó a ser una medina fortificada y agrícola Esther Andreu (2007), Daniel Gil Benumeya (2015), Daniel Pérez Vicente y Cristina Segura (2002) entre otros.
2)    También hay controversia alrededor del nombre de Madrid, topónimo difícil de esclarecer y que creemos que guarda relación con ese origen incierto de Madrid. Aunque hay unanimidad en decir que Madrid tuvo dos nombres a causa del bilingüismo existente de la villa en la época en que nació Madrid: uno romance Matrice y su traducción en árabe Maŷrit مجريط que quiere decir corriente de agua, arroyo. La voz árabe está compuesta de Maŷr y el sufijo it de origen latino. Lo que no está claro es si la palabra se refiere al cauce (Gil Benumeya, 2016: 32) o al agua del arroyo que corre por el cauce, yo me inclino a pensar que se refiere al agua. Joan Coromines pone el acento en que es una palabra románica arabizada y no al revés.
3)   Frente  a la idea de Oliver Asín  y otros seguidores que suponen que Madrid no estaba suficientemente abastecida de agua con aquel arroyo Matriz y que los árabes por medio de minas y norias consiguieron sacar las aguas subterráneas de Madrid a través de un sistema muy complicado. Hoy se dice que ese complejo sistema de maŷras o canales no se elaboró hasta el siglo XVI y XVII, y que Madrid en época de los árabes se servía de pozos y fuentes directamente.
Pienso que la elección de Madrid por los árabes no fue solo estratégica sino que debió de ser decisivo el hecho de que Madrid era un lugar con fuentes naturales que manaban desde los cerros hasta el Manzanares. El interés de los musulmanes por el agua es algo más que un interés práctico, yo entiendo que consideran al agua un don divino que equivale a su presencia.
Podemos decir que el nombre de Madrid es un topónimo que está relacionado con el agua, las aguas de un arroyo que corrían por un barranco que es hoy la calle Segovia, tan impresionante, el arroyo manaba desde una fuente que estuvo en Puerta Cerrada junto a la iglesia de san Pedro y en época de Alfonso X  ya se denominaba de Sancti Petri. Aunque Carmen Pérez de los Ríos dice que la iglesia de san Pedro cambió su ubicación en Puerta Cerrada por un lugar un poco más abajo de la calle Segovia porque era allí donde estaban las Fuentes de san Pedro (2011). Sabemos que el culto a las fuentes ha sido común a muchas culturas y sospechamos  a modo de hipótesis que cuando se cristianizaron con el nombre de san Pedro fue porque la gente debía darles un valor o unas virtudes especiales a esas aguas.
Ver también: http://calarc.blogspot.com.es/2017/05/aguas-santas-fuentes-curativas.html
Campanario de san Pedro el Viejo

Bibliografía
Andreu Mediero, Esther, El Madrid medieval, Caesaraugusta, 2007, 687-698
Ferrer García, Nuria, Orígenes de Madrid. La historia de Madrid hasta la Edad Media a través de su fuero y sus ordenanzas, Madrid, 2016
Gil Benumeya, Daniel, Madrid islámico, Madrid, 2015
López Carcelén, Pedro, Atlas ilustrado de la historia de Madrid, Madrid, 2006
Montero Vallejo, Manuel, Origen de las calles de Madrid, Madrid, 1999
Oliver Asín, Jaime, Historia del nombre Madrid, Madrid, 1991
Pérez de los Ríos, Carmen, “La iglesia de san Pedro el Viejo de Madrid. Etapas constructivas, intervenciones y estado actual,” Actas del séptimo congreso nacional de historia de la Construcción, Santiago 28-29 de octubre de 2011, Madrid, 2011
Testimonios del Madrid medieval. El Madrid musulmán. Serie de Cursos y conferencias. Museo de san Isidro 2, Madrid, 2002

viernes, 26 de mayo de 2017

AGUAS SANTAS: FUENTES CURATIVAS

El agua no es solo un elemento indispensable para que haya vida, sino que en algunos casos se cree que cura o salva la vida, por ello ha sido amada y dignificada siempre, aunque en la actualidad nuestro uso del agua deja mucho que desear. El agua es buena, pero a veces su presencia es milagrosa, por eso se han fundado santuarios y ermitas junto a fuentes y manantiales, también las ciudades se fundan donde hay agua.
"En época pagana fueron las fuentes objeto de adoración de los pueblos indígenas y de los que se instalaron en nuestra tierra" (Caro Baroja, 1979: 156). Y nos dice que el culto a las aguas era común a los pueblos prerromanos en la península Ibérica, tanto a las aguas del mar como la de las fuentes, ríos e incluso el rocío.  Hay constancia de este hecho en los exvotos ibéricos de fuentes salutíferas de los que da tres ejemplos: 1) exvotos ibéricos de Despeñaperros, 2) bronces de Murcia en Fuensanta, 3) y en el santuario de Castellar de Santisteban. Además a través de le epigrafía hispano-romana se puede rastrear este tipo de culto a las aguas: ya sean nombres que aluden a las ninfas en general, apareciendo también los topónimos Baños o Bande, o bien la divinización de las fuentes atestiguada igualmente en estas colecciones epigráficas (Hübner)  bajo Fons divinus  o Fontana, Fontes, que son fuentes prodigiosas o medicinales.
Estas antiguas fuentes se cristianizaron pasando a tomar nombres de santos y de la Virgen, entre los santos san Juan es el que más títulos tiene en relación con el agua, pero hay otros santos como san Valerio en Oñate que produce fecundidad en las mujeres, o san Andrés de Teixido donde hay una fuente del santo a la que bajan los peregrinos a recoger agua, igualmente recuerdo los baños de san Vicente en la Bureba donde cuenta la leyenda que acudió santa Casilda a curarse de sus hemorragias. También hay otras fuentes salutíferas sin dedicar a santos. Otros topónimos relacionados con el agua que se encuentran en el Diccionario de Madoz son, por ejemplo: Aguas Santas, Fuensanta o Fonsagrada, y el topónimo Caldas común en Galicia, Santander, León y Barcelona.
Según Caro Baroja el cristianismo no ha aportado nada sobre estas ideas de paganismo romano, aunque la idea de milagro que conllevan algunas fuentes maravillosas nos parece novedosa porque se asocia el poder divino con las virtudes de las aguas. Se habla de una serie de fuentes intermitentes, llamadas por Plinio las fuentes Tamáricas que sirven para hacer agüeros, especialmente el día de san Juan, de este estilo hay algunas en el norte de España: la fuente de la Magdalena de Anguiano, la de Velilla de Guardo en León, en el valle de Cabuérniga Santander  y en el monte Cereceda de Oña. El padre Flórez se inclina por la de Velilla de Guardo como la verdadera fuente Tamárica con el título san Juan de Fuentes Divinas.
Fuente de la Magdalena en Anguiano

Los comportamientos erráticos o inexplicables a simple vista del agua se toman como hechos portentosos o milagrosos. Christian se ha preguntado cómo comienzan ciertos santuarios a funcionar y la conclusión es que su origen es sobrenatural, por ejemplo en Fuensanta de Albacete la explicación que da la gente es que la fuente surge en un nivel que se considera bajo y cuando el agua mantiene un nivel constante la gente piensa que es un negocio de milagro. Pone algún otro ejemplo como el de Fuensanta en Garaballa (Cuenca) en la que la aparición de una imagen está asociada a un sitio con una nueva fuente que es usada para curar.

Los pozos igualmente son elementos que conteniendo agua se asocian a santos y milagros, los milagros marianos relacionados con el salvamento de alguien que cae dentro de uno de ellos son muy numerosos, pero también conocemos santuarios importantes en el que el pozo forma parte de la historia de la institución porque contienen aguas virtuosas, pienso en el pozo de santo Domingo de Caleruega en el que se sacaba barro para hacer las cuentas de los rosarios; o el Pocito de la casa natalicia de san Vicente Ferrer en Valencia; el pozo del milagro de san Isidro que está en su Casa Museo; o el pozo que está en la cripta de san Antolín de Palencia, por nombrar algunos conocidos.
Pozo en la cripta de san Antolín. Palencia
Pozo de la casa de san Isidro. Madrid
La ciudad de Madrid nació o tuvo su origen (islámico o preislámico) junto a unas fuentes que llamaban de san Pedro en tiempo de Alfonso X, pensamos que se titularon así cuando se cristianizaron, y junto a las que se edificó una iglesia de san Pedro. Pero el nombre de esas fuentes en época del Madrid islámico y mozárabe sería otro, esas fuentes nutrían el arroyo cuyo nombre parece que está relacionado con el topónimo de Madrid. En este tema tan apasionante seguiremos trabajando en próximos artículos.
Calle de las Aguas en el Madrid antiguo

Bibliografía
Caro Baroja, Julio, La estación del amor, Madrid, 1979
Christian, William, Local Religion in Sixteenth-Century Spain, Princeton, 1981
Oliver Asín, Jaime, Historia del nombre "Madrid", Madrid, 1991