Mostrando entradas con la etiqueta fiestas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fiestas. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de enero de 2016

SAN ANTÓN: SANADOR DEL FUEGO SACRO

Hay una iglesia en Madrid que es muy famosa porque en ella todos los años se bendicen a los animales el día de su santo patrono, san Antón o san Antonio Abad. Es sorprendente que un santo eremita Padre del Desierto haya pasado al imaginario popular como un monje amante de los animales, y no digo que no los amara sino que esta característica no me parece la más relevante de su persona. No obstante se dice que amansaba a las fieras y que las curaba al bendecirlas. Es más, al santo se le representa junto a un gorrino que va a su lado como un perrito. En las devociones populares en muchas ocasiones se producen estas transformaciones. Pero los pintores y grabadores que han contado la vida del santo e incluso en La leyenda dorada se acude especialmente al hecho de las tentaciones diabólicas del eremita en el desierto. Su biógrafo fue san Atanasio que solía visitarlo para recibir consejos. 
La explicación en este caso proviene tal vez de los menesteres a los que se dedicaba la Orden de san Antonio, fundada en 1096, y cuyos monjes solían regentar hospitales para enfermos incurables y de llagas, a los cuales aliviaban con una grasa o pócima de san Antón que sacaban de la piel del cerdo y para ello poseían piaras de cerdos que vagaban libres con una campanilla al cuello (Hidalgo, 1993: 132).
En la Edad Media (siglo XI) las reliquias de san Antonio fueron traídas  por unos caballeros desde Bizancio a Francia (Saint Antoine de Viennois). En Internet:
http://data.bnf.fr/13745821/abbaye_de_saint-antoine-de-viennois_saint-antoine-l_abbaye__isere/. Al coincidir este traslado con una epidemia del llamado ignis sacer o fuego sagrado, la enfermedad empezó a relacionarse con san Antonio por las curaciones milagrosas adscritas a las reliquias. Esta orden Antoniana llega a España procedente de Francia  a través del Camino de Santiago y el primer convento que fundan es en Castrojeriz, donde hicieron santuario y hospital de peregrinos y curaban de muchas dolencias, pero especialmente del fuego de san Antón, hoy se sabe que esta enfermedad es el ergotismo, debida a un parásito que está en el centeno. Los monjes daban escapularios con la tau e igualmente tocaban a los enfermos con un báculo en forma de tau.
Vitral de la Abadía de san Antonio. Francia.
Wikimedia Commons. Foto: Jacques Mossot

Las antiguas fiestas que se hacían por san Antón en Madrid, según cuenta Caro Baroja dentro de las fiestas del Carnaval, no se realizaban en este templo del que hablamos de la calle Hortaleza,  porque en el siglo XVII la fiesta tenía lugar entre la ermita de san Blas (paseo de Atocha) y la de san Antón  en el recinto del Buen Retiro en la que los porqueros de Madrid elegían un Rey entre ellos junto a otro rey entre los animales. Se adornaba a los cerdos con cintas y campanillas y los hacían correr hasta la puerta de la ermita  (san Blas) donde había una artesa con cebo y el que primero llegara lo hacían rey. Igualmente se elegía un rey, designado a suerte, entre los zagales al que vestían de san Antón con la campanita y el báculo, al cual montado en un burro desaliñado se le conducía hasta la ermita de san Antonio. Se formaba una escandalosa procesión de mozos de campo sobre burros, tocando cuernos, porqueros conduciendo seis puercos engalanados, detrás iban los machos de las piaras con esquilones en el pescuezo montados por zagales. Luego el rey de los cerdos y el muchacho vestido de san Antón se iban acompañados de un montón de gente montada en borricos haciendo un ruido tremendo de cencerros, cuernos y tambores, y al llegar a la ermita indicada sobre un tablado se montaba el zagal sobre el rey cerdo y se le nombraba rey de los puercos entre un griterío atroz. Después se organizaba otra vez la procesión que llevaba a la iglesia de san Antón. Allí los religiosos bendecían la paja y la cebada para los cerdos e imprimían una cruz a los panes destinados a las gentes, se distribuían los panes y volvían a la ermita de san Blas donde se hacían hogueras y se hacía banquete y baile si el tiempo lo permitía hasta bien entrada la noche (Caro Baroja, 1965: 331-334).
Iglesia de san Antón. Madrid

Aún hoy se venden los panecillos de san Antón a las puertas de su iglesia de Madrid, cuyas dependencias han sido rehabilitadas por el Colegio de Arquitectos, su templo también luce solidario y hospitalario con los Mensajeros de la Paz.
Altar e imagen de san Antón de Madrid

Bibliografía:
En Internet:
http://sanctuaires.coldev.org/index.php?r=cons&sr=cons&id=344
San Antonio Abad en Cataluña: http://www.monestirs.cat/monst/canton.htm
Caro Baroja, J., El Carnaval, Madrid, 1965
Castillo Lucas, A.,"San Antón. Hagiografía folklórico-médica," Douro-Litoral, 1955, 76-88
Echeverría, L y Llorca, B., Año cristiano, vol. 1, Madrid, BAC, 1966
Gozos a san Antonio Abad en Internet recopilados por Josep Maria Viñolas Esteva:
http://algunsgoigs.blogspot.com.es/search/label/Antoni%20abat%20%28sant%29
Hidalgo Monteagudo, R., Iglesias antiguas madrileñas, Madrid, 1993
Velasco Maíllo, H.,"Naturaleza y cultura en los rituales de san Antonio", RDTP, vol. LXIV, nº 1, 2009, 237-276 http://rdtp.revistas.csic.es/index.php/rdtp/article/view/76/77
Vorágine, Santiago de la, La leyenda dorada, I, Madrid, 1982

martes, 22 de diciembre de 2015

SOLSTICIO DE INVIERNO: NAVIDAD

En el final del imperio romano las influencias religiosas de Oriente habían minado la vida romana, la extensión del culto a la diosa Madre y el culto a Mitra por el imperio son dos buenos ejemplos de esta situación. Las nuevas religiones inocularon a los latinos una manera diferente de ver el mundo en pos de ideales poco terrenales, dando mayor importancia a la vida futura. Entre los dioses de entonces llegados al mundo occidental destaca  Mitra cuyo culto parece tener puntos de semejanza con el cristianismo. 
 La religión de Mitra fue una potente rival del cristianismo, una reliquia de la larga lucha se preserva en la fiesta de Navidad, que la iglesia parece haber tomado de los cultos mitraicos persas. En el calendario juliano el 25 de diciembre es reconocido como el solsticio de invierno y es  considerado la natividad del sol, porque es el momento del turning-point, es decir el momento  en el que el poder del sol crece o empieza a renacer. Lo que hicieron los cristianos fue hacer coincidir el ciclo litúrgico con el ciclo solar, así la Natividad de Cristo  se solapa con el renacimiento del sol. Las fiestas navideñas son fiestas  de luz por eso se fijaron en el solsticio de invierno. "Toda la liturgia del Adviento canta a esa Luz que se acerca y que poco a poco hiende las tinieblas" (Hani, 1983: 134). En el solsticio hay una correspondencia entre el sentido místico y el cósmico, primavera de la naturaleza y de las almas.

En Siria y Egipto es donde primero se comenzó a festejar  el nacimiento de Jesús por estas fechas. Los evangelios nada decían de la fecha del nacimiento de Jesús y por esta razón la Iglesia no lo celebraba al principio, pero los cristianos de Egipto celebraban la Navidad el 6 de enero y esta celebración fue extendiéndose por Oriente hasta el siglo IV, pero la Iglesia Occidental adoptó el 25 de diciembre y esto fue admitido por toda la cristiandad. Esa fecha fue tomada porque los paganos celebraban el nacimiento del sol en ese día y acudía mucha gente a las festividades, entre ellos los cristianos, haciendo luminarias como símbolo de la fiesta, y decidieron que se debía celebrar la Natividad en ese momento y el 6 de enero sería la Epifanía. Adoptándose las antiguas costumbres que se han transmitido hasta nosotros en las velas que se ponen en el árbol y en el "leño de Navidad".

Plaza de Colón. Madrid

Las fiestas del fuego en Europa.-
Para Frazer la Navidad entra dentro de las fiestas del fuego en Europa y aunque las hogueras son más propias de la primavera y el verano, también se hacían en otoño e invierno (para Navidad, Epifanía y Todos los Santos).
Qué nos queda de los antiguos símbolos festivos: queda el árbol de Navidad encendido con luces o velas y el leño de Pascua. El árbol de Navidad es más propio de países del norte y del centro de Europa. Según un artículo que leí hace unos días el primer árbol de Navidad que se puso en España lo puso una princesa rusa  en Madrid en 1870, en Internet:
Los fuegos del solsticio invernal sobrevivieron en el leño de Pascua, así ocurría en Inglaterra (Frazer, 1978: 833) y en el Pirineo español (Violant i Simorra), aunque era propio de toda Europa, están más documentadas las festividades de Inglaterra, Francia y los eslavos meridionales. Esta era una fiesta casera, de puertas para adentro en contraposición de las que se celebran en primavera y verano. Es creencia extendida que los restos de este tronco sirven contra los rayos, evitan los fuegos y hacen huir al demonio. En Inglaterra además del leño se encendían cirios de Pascua de un gran tamaño, así se iluminaba la casa y parecía de día.
Belén en la iglesia de san Ignacio.
Torrelodones

Violant i Simorra habla del tizón o leño de Navidad y dice más, en el País Vasco llaman Olentzero a la Nochebuena, así como a un tronco que arde en el hogar de las casas durante las fiestas navideñas, también en la montaña de Navarra se pone al fuego un tronco el día de Nochebuena y se practican ritos parecidos a los de la zona provenzal y en la zona catalana del Pirineo toma un sentido más de regocijo infantil y familiar, se le llama de diversas maneras y la llamada tronca de Nadal se rellena una vez agujereada de turrones, orejones, higos secos y golosinas, para que después los niños lo golpeen y caigan los dulces… Un amigo mío, nacido en la Pobla de Segur, me contaba que esta tradición de la tronca de Nadal rellenada de dulces y juguetes la vivió de pequeño, no tan lejos en el tiempo.
Bibliografía
Frazer, J.G., The golden bough, Great Britain, Suffolk, 1978
Hani, Jean, El simbolismo del templo cristiano, Barcelona, 1983
Violant i Simorra, Ramón, El Pirineo español, vol. II, Barcelona, 1986

jueves, 18 de diciembre de 2014

EL MUÉRDAGO DE NAVIDAD

Dice Frazer que desde tiempo inmemorial el muérdago ha sido objeto de veneración supersticiosa en Europa. Era venerado por los druidas que creían que el más sagrado muérdago es el que crece en el roble, según cuenta Plinio, en diciembre era cogido por los druidas celtas para utilizarlo en ritos de fertilidad (Cirlot, 1982). Los celtas y posteriormente los galos lo veneraban. El día de san Juan se recogía muérdago en Lombardía para hacer una cocción que servía para hacer el denominado aceite de san Juan, que curaba las heridas. En Francia era remedio contra la epilepsia, en algunas zonas de Inglaterra se consideraba  que protegía contra brujería y hechicería y daba suerte para el nuevo año.
Muérdago. Foto propia

El muérdago ha tenido usos bien medicinales, bien mágicos. En el mundo moderno muchas veces el uso mágico se transforma  en una simple idea de buena suerte o incluso adquiere un contenido estético. Así creemos que pasa con el muérdago, especialmente  utilizado en la Navidad de la Europa nórdica y central, pues en España hasta hace bien poco su uso no era notorio entre los adornos navideños. En los últimos años he visto que se vende como adorno navideño en la Plaza Mayor de Madrid y en algunos puestos de flores. También he encontrado platos de porcelana adornados con hojas de muérdago en una elegante tienda de la calle Padilla de objetos de mesa y he pensado que eran para Navidad.
Platos de porcelana con adorno de muérdago.
Foto propia


"El árbol maravilloso en la verde fronda, del cual brillan chispeantes reflejos dorados. Así como en el frío invierno muestra el muérdago su perpetuo verdor y lozanía, huésped del árbol que no lo produjo, y entinta de amarillo con sus bayas el umbroso tronco, así aparecerían sobre el follaje de la encina las hojas áureas y así susurraban las doradas hojas a la brisa apacible"  (Eneida,VI, citado por E. Cirlot). El muérdago da fruto en diciembre tal vez por eso se ha relacionado con la Navidad y ha sido una de las plantas cuyas ramas adornan las cenas navideñas y se colocan sobre la mesa.”Pusimos el mantel blanco bordado por mi madre que solo se usaba para Navidad, los platos de porcelana blancos con hojas de muérdago en los bordes, los cubiertos de alpaca, las copas de cristal…Un centro de mesa hecho con ramas de pinos y muérdago perfumaba el aire” Yolanda Scheuber, El largo camino de la estepa rusa a la pampa argentina, p.108
Venta de muérdago en la Plaza Mayor de Madrid.
Foto propia

domingo, 9 de junio de 2013

LA ROMERÍA Y EL SANTUARIO DE SAN ANDRÉS DE TEIXIDO

San Andrés de Teixido es un santuario que está en la sierra de la Capelada  en el extremo norte de Galicia, "no cabo do mundo", allí van los peregrinos una vez en la vida para pedir cosas al santo o bien para darle las gracias por bienes concedidos. De hecho en Teixido podemos encontrar toda clase de exvotos, incluso ataúdes de los que han escapado de la muerte con ayuda del santo. Tanto la romería, como el culto son muy antiguos, y  fueron los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén los dueños de esta ermita que pertenecía a la encomienda de Portomarín desde el siglo XII. Una carta otorgada que se conserva en el AHN es la primera noticia de la existencia del santuario, en ella se dice que los condes de Traba en 1196 hacen donación a san Juan de Jerusalén de todas las propiedades que tenían en Cedeira y Teixido. La Orden de san Juan aunque estaba asentada en Galicia a lo largo del Camino de Santiago también se hizo con otros lugares alejados del Camino.
Exvotos de san Andrés de Teixido. Roy Hartling
Exvotos en San Andrés de Teixido. Foto de Roy Hartling

Aunque el día del santo patrón es el treinta de noviembre, fecha del comienzo del Adviento, no es entonces cuando se celebran las grandes romerías, no es difícil pensar que el final de noviembre no sea buena fecha para hacer una romería en unos acantilados tan  peligrosos, donde vientos y  lluvia son despiadados. Según Maciñeira las peregrinaciones se hacen en diferentes momentos del año: en Pentecostés concurren los de Orense y parte de Lugo; otras son para san Juan; y desde 15 de agosto al 8 de septiembre van los de Pontevedra y Coruña; por último los días 29 de septiembre y 30 de noviembre son días señalados. Christian (1976) lo clasificaba como santuario regional, lo que hoy diríamos de toda la Comunidad de Galicia. La fiesta principal es el 8 de septiembre cuando el verano regala con días luminosos, entonces se acercan para visitar al santo en una  romería que consta de una serie de ritos comunes a muchas otras romerías. Por ejemplo, el rito de echar piedras en los amilladoiros se realiza también antes de llegar a Santiago.
Exvotos y ofrendas en la ermita de san Andrés de Teixido. Roy Hartling
Ofrendas en san Andrés de Teixido. Foto de Roy Hartling

Los exvotos son propios de santuarios afamados por los milagros, aquí encontramos ofrendas de largas velas y en cera representaciones del partes del cuerpo que se supone han sido sanadas por la intercesión del santo; exvotos náuticos por ser un santuario marinero y ofrenda de ataúdes que guardan en un espacio bajo la capilla... Antiguamente los romeros que iban por promesa se vestían con largos hábitos, especie de mortajas que al no haber sido utilizadas por haber sanado la persona, las dejaban en donación. Estas dos últimas ofrendas enmarcan el culto a san Andrés en relación a los muertos y al mundo de ultratumba como  en tierras de Bretaña y Holanda, aunque también es celebrado como patrón de corporaciones de marineros. 

Además asisten a una misa o misote, tras la cual besan al santo y son persignados con una de sus imágenes. Bajan a la fuente del santo y a la orilla del mar buscan juncos marinos y la hierba de enamorar, según contaba Maciñeira. Con varas de tejo y avellano se componía un ramo al que también se colgaban medallas de san Andrés y las figuras de pan o "reliquias do santo", que en los últimos tiempos venden en Cedeira o en el mismo Teixido. Además se hace una procesión del santo y una comida campestre acompañada por gaitas, panderos y cantos.
Las llamadas "reliquias do Santo". San Andrés de Teixido
Reliquias do Santo. San Andrés de Teixido

Las llamadas "reliquias do santo" son unas figuritas hechas con harina y agua que elaboran unas mujeres o santeiras, tomando como referencia la leyenda y las juntan en grupos de cinco. En la foto tenemos: la barca en la que llegó san Andrés, el pez por su oficio, la hierba de enamorar que se recogía en Teixido, una mano y un hombrecillo orante. Más que una leyenda estructurada en Teixido se cuentan dichos acerca de la historia de san Andrés. Lo que en literatura popular se denominarían motivos que deberíamos estudiar en el conjunto de tradiciones europeas.
Santuario de san Andrés de Teixido.


Bibliografía.-
Burgoa Fernández, Juan J., "Los cruceros de San Andrés de Teixido y sus caminos de peregrinación", Cuadernos de estudios gallegos, 2003, 273-303
Christian, W, "De los santos a María" en Temas de Antropología española, Madrid, 1976
Luque Rodríguez, Rosario, "La romería de San Andrés de Teixido", Narria, 1992, 51-56
Maciñeira, Federico, San Andrés de Teixido, La Coruña, (s.a)
Otero Pedrayo, R. (ed.), Historia de Galiza, Madrid, 1980
Usero, Rafael, El santuario de San Andrés de Teixido, 1972