jueves, 18 de diciembre de 2014

EL MUÉRDAGO DE NAVIDAD

Dice Frazer que desde tiempo inmemorial el muérdago ha sido objeto de veneración supersticiosa en Europa. Era venerado por los druidas que creían que el más sagrado muérdago es el que crece en el roble, según cuenta Plinio, en diciembre era cogido por los druidas celtas para utilizarlo en ritos de fertilidad (Cirlot, 1982). Los celtas y posteriormente los galos lo veneraban. El día de san Juan se recogía muérdago en Lombardía para hacer una cocción que servía para hacer el denominado aceite de san Juan, que curaba las heridas. En Francia era remedio contra la epilepsia, en algunas zonas de Inglaterra se consideraba  que protegía contra brujería y hechicería y daba suerte para el nuevo año.
Muérdago. Foto propia

El muérdago ha tenido usos bien medicinales, bien mágicos. En el mundo moderno muchas veces el uso mágico se transforma  en una simple idea de buena suerte o incluso adquiere un contenido estético. Así creemos que pasa con el muérdago, especialmente  utilizado en la Navidad de la Europa nórdica y central, pues en España hasta hace bien poco su uso no era notorio entre los adornos navideños. En los últimos años he visto que se vende como adorno navideño en la Plaza Mayor de Madrid y en algunos puestos de flores. También he encontrado platos de porcelana adornados con hojas de muérdago en una elegante tienda de la calle Padilla de objetos de mesa y he pensado que eran para Navidad.
Platos de porcelana con adorno de muérdago.
Foto propia


"El árbol maravilloso en la verde fronda, del cual brillan chispeantes reflejos dorados. Así como en el frío invierno muestra el muérdago su perpetuo verdor y lozanía, huésped del árbol que no lo produjo, y entinta de amarillo con sus bayas el umbroso tronco, así aparecerían sobre el follaje de la encina las hojas áureas y así susurraban las doradas hojas a la brisa apacible"  (Eneida,VI, citado por E. Cirlot). El muérdago da fruto en diciembre tal vez por eso se ha relacionado con la Navidad y ha sido una de las plantas cuyas ramas adornan las cenas navideñas y se colocan sobre la mesa.”Pusimos el mantel blanco bordado por mi madre que solo se usaba para Navidad, los platos de porcelana blancos con hojas de muérdago en los bordes, los cubiertos de alpaca, las copas de cristal…Un centro de mesa hecho con ramas de pinos y muérdago perfumaba el aire” Yolanda Scheuber, El largo camino de la estepa rusa a la pampa argentina, p.108
Venta de muérdago en la Plaza Mayor de Madrid.
Foto propia

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