Benito
nació en la provincia de Nursia, no lejos de Roma, de una familia noble en el
480 y murió el 21 de marzo del 547 en Montecasino. Lo conocemos por ser
fundador de la Orden y la Regla, llamada benedictina por él, se le considera el
gran Patriarca de Occidente, como lo fuera san Basilio para la iglesia de
Oriente. Su biógrafo fue el Papa Gregorio Magno mentor de muchos otros
santos: su vida religiosa surge en la búsqueda de la soledad en los montes
habitando durante años una cueva de Subiaco, donde habla con las aves y
aleja las tentaciones del diablo con
ayuda de la cruz. Conocidas sus virtudes, unos monjes que viven en la cercanía
de su cueva le nombran abad y vive junto a ellos por un tiempo hasta que
intentan envenenarle. Huye con una parte de los monjes y caminan hasta la villa de Cassino, suben a
las ruinas de un castro y allí se asientan.
La
iconografía de Benito suele componerse de la cruz, la mitra de abad, un libro
que representa la Regla y un cuervo al que daba de comer. El librito que
contiene su famosa Regla, las nóminas y medallas que llevan su
cruz y las siglas de un conjuro se venden en muchos establecimientos benedictinos
y cistercienses, se dice de estas dos últimas que son garante de muchas
indulgencias, además son sus señas de identidad. La Regla benedictina es la
plasmación de las ideas monásticas del santo, resume su experiencia cenobítica
tal como la vivió en Montecasino. Para la Regla el perfeccionamiento religioso es
comparable a una escala que se sube a través de la humildad del monje.
Las
medallas.- San Benito tiene medallas propias en la que en el
reverso se representa al santo con algunos de sus más famosos atributos: hábito
benedictino, el libro, el báculo, la mitra y el cuervo. Mientras en lo que se considera anverso se
representa una cruz inscrita en un círculo rodeada de letras latinas mayúsculas.
Su origen es muy antiguo, se piensa que pueden remontarse a la época
medieval, de hecho las más antiguas medallas de Montserrat que tienen en su
anverso a la Virgen y
en su reverso por ser santuario benedictino incluyen a san Benito con la cruz
del exorcismo, son góticas o del principio del renacimiento (Forasté: 1988,
300).
Medalla ochavada de San Benito |
En
el Concilio de Trento ya se habla de la cruz de san Benito como preservadora
de la peste, aunque la primera constatación documental del uso de la cruz y
medallas de san Benito proviene de Baviera en el siglo XVII. Dancoisne observa
que esta medalla se difundió en Francia especialmente en el siglo XVII hasta la Revolución Francesa, de ella se
conocen multitud de variedades (1880,
39-40). En España conocemos medallas de san Benito del XVII-XVIII, como la más
antigua que presentamos en las fotos, medalla de bronce ochavada con el asa
girada y de muy buena factura, por un Breve de Benedicto XIV (1742) el anverso
es la cruz y en el reverso la efigie de san Benito (Serrano Pichardo: 1997, 58), se cree de estas medallas que ayudan a bien morir avisando a sus devotos tres días antes de la muerte.
La medalla moderna que presentamos es de plata, de forma circular, con san
Benito de medio cuerpo recogiendo agua de una copa a la vera de una roca, en
alusión a uno de sus milagros y en la otra cara la cruz de san Benito.
Medalla actual de san Benito |
Nóminas.- También llamadas cédulas son unas cuartillas en las que se ha impreso la cruz de san Benito con las siglas del exorcismo que luego se copia descifrado en ambos lados de esta: Vade Retro Sathana,/Numquam Suadeas mihi Vana/ Sunt Mala Quae Libas/ Ipse Venena Bibas/ Crux Sancta Sit mihi Lux/ Non Draco Sit mihi Dux" y unas oraciones en latín también. Estas hojitas dispuestas en una carterita las venden las monjas cistercienses de Villamayor de los Montes, en el monasterio de Santa María del Valle de Aranda de Duero y en Casas Ibáñez (Albacete). Leopoldo Torre piensa que no se conoce el ámbito de difusión de estas nóminas con exactitud, aunque él lo circunscribe a las dos Castillas, pero tenemos constancia de que se usaban igualmente en Santa María de Ubaga (Ezcaray) y Olaberría (Guipúzcoa), por ejemplo. Servían para alejar las enfermedades y también a las brujas, tanto de
las personas como de las casas y los animales: eran usadas para poner en las cuadras o se colocaban debajo del colchón
o bajo la manta de la mula y cosidas en la chaqueta de los labradores (López de
los Mozos: 1979, 513).
Modelo actual de medalla de San Benito Foto de Pilar Alarcón |
Bibliografía.-
Dancoisne, L., Les médailles religieuses du Pas de Calais, Arras, 1880
Forasté, Manuel, "Les primeres medalles de Montserrat" Acta numismática, 1987-88, 299-306
López de los Mozos, J.R., "La Cédula de Ubaga y la explicación de la Cruz de San Benito", Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, nº 33, 1979
Prado, Germán, "San Benito abad" en Año cristiano, I Enero-Marzo, Madrid, 1966, pp.578-585
Torre García, Leopoldo, "La dómina, cruces contra las brujas", Revista de folklore, nº 62, 1986, 49-51
Serrano Pichardo, Leonardo, Círculos de tránsito: consideraciones en torno a la cruz y medallas de San Benito..., Huelva, 1997
del Planeta para ahuyentar a los malos espíritus y demonios malignos que en todas las culturas –supuestamente-, acechan al hombre. En muchos casos se trata de productos naturales, unas veces de origen mineral como el cuarzo o la amatista, y otras de origen vegetal como el ajo, romero, la hierba de San Juan (Hypericum perforatum), el eneldo (Anethum graveolens), o el popular “eguzkilore” (Carlina acaulis) colocado en la puerta para impedir la entrada a brujas, demonios y otros espíritus tenebrosos (Figura 1a). https://noticiasdelalin.es/como-organizar-un-panel-de-discusion/
ResponderEliminar