La lógica de la investigación etnográfica, Velasco, Honorio y Díaz de Rada, Ángel, Madrid, Editorial Trotta, 2003.
La lógica de la investigación etnográfica, un modelo de trabajo para etnógrafos, ya que existen diferentes maneras de abordar la etnografía y esta es una entre otras y porque además los autores consideran que cada etnógrafo puede adaptar el modelo un poco a su estilo y modo de proceder, porque no son normas taxativas. Ahora lo he leído en su totalidad, fue publicado por primera vez en 1997. Es un libro claro, preciso, minucioso en cuanto que enumera y explica los pasos que deben ser dados para llegar a hacer una buena investigación etnográfica, por todo ello me parece excepcional y por eso les agradezco a dos de mis profesores de la UNED, el esfuerzo por haberlo hecho así, “llevadero” aún lo arduo de la metodología. Hagamos una pequeña recensión de su contenido, fijándonos en los conceptos que nos parecen relevantes.
Es muy importante en el libro el
juego entre la teoría y la práctica de esas teorías y técnicas etnográficas
porque partiendo de cómo debe hacerse el trabajo de campo en la primera parte,
en la segunda lo vemos encarnado en lo que hicieron Harry y John, dos
antropólogos americanos que publicaron sus estudios en 1967 y 1974: uno, sobre
una aldea y una escuela kwakiutl de Canadá y el otro sobre los malos resultados
de los hijos de negros y chicanos en la escuela de un barrio urbano en Stockton,
California. En ambos casos la posición de los investigadores como maestros es
primordial para conseguir los resultados que obtienen, aunque, a veces, también
tenga sus dificultades, precisamente por el rol que desempeñan. Si bien, se
trata de un modelo de trabajo para etnógrafos de escuela, yo creo que puede
valer para cualquier investigación etnográfica.
El trabajo de campo es reflejado como la fase primordial
de la investigación etnográfica que exige un desplazamiento casi siempre físico,
y también mental y moral. En principio se planteó como la estancia del
investigador con un grupo humano por un tiempo aproximado de un año. Como fase
de recopilación y registro de datos, y que a partir del estudio de Malinowski en
Los argonautas se unificó el registro de información y la elaboración
teórica, siendo en él muy importante ver el mundo desde el punto de vista del
nativo. Pero actualmente la etnografía investiga sobre la propia sociedad del
antropólogo y el desplazamiento no es tanto físico, sino cruzar la diferencia
cultural. Dentro del trabajo de campo tenemos que considerar la observación
participante que es un concepto básico en etnografía ya que sirve para
captar los significados que dan los sujetos de estudio a su comportamiento. Para
que se envuelva la investigación en un todo relacionado en el trabajo de campo
se debe tener una actitud holística, este concepto se forja también con
Malinowski quien trató las unidades mínimas de análisis, las instituciones. La
cultura como un todo orgánico formado por instituciones interdependientes.
Otras aproximaciones se han fijado en la trama, las características
transversales. La noción de contexto, integrando un fenómeno social en
un conjunto de relaciones que nos ayudan a que la disgregación de datos de un
principio sea “solo una fase transitoria que el análisis y la elaboración posterior
acaban por superar, reintegrando lo disperso, evidenciando patterns,
mostrando interdependencia, construyendo tramas, articulando estructuras,
formando sistemas.” p. 36
El etnógrafo es un mediador o
traductor entre dos mundos, tiende un puente entre la cultura estudiada y la
cultura científica. Y ha de saber sobre qué temas culturales hacer preguntas
significativas y componer guías de objetos, entre los que luego
encontrar sus posibles relaciones. Tras la elaboración del cuaderno de campo, y
la guía de objetos se puede empezar a hacer la descripción densa,
llamada así porque en ella hay ya una explicación, debe ser minuciosa y
pormenorizada. La descripción densa es microscópica y también interpretativa.
Esa simultaneidad que se da entre la descripción y la interpretación resulta
interesante porque nos da a entender que la visión audaz de la etnografía nos
abre los ojos a mirar los acontecimientos de otra manera.
La etnografía es planteada como un
relato en el que hay una imbricación entre el polo descriptivo que podría ser una
especie de novela realista y el polo argumental que nos la presenta como una
obra científica, de esta complicada unión surge el texto etnográfico. Porque el
misterio radica a mi modo de ver en dos aspectos fundamentales, en primer lugar,
el extrañamiento, el hecho de que te extrañes ante algo, una forma de
actuar o de pensar socialmente que tú ves de otra manera y por eso lo tomas
como una anomalía. Y a partir de esa anomalía tiras del hilo. Y tirar
del hilo quiere decir suministrar contexto, que es un proceso que se
debe construir para aclarar las claves de actuación de los agentes que has
tomado en la investigación. Pero no vale cualquier contexto, sino el que de
alguna manera significativa puedas relacionar con el entramado social que al
relatarlo tratas de explicar, y construir una malla donde todos los argumentos
queden entrelazados. “La etnografía busca reflejar detalladamente las
circunstancias que hacen inteligible otro modo de vida. Trata de incorporar a
su discurso la mayor cantidad posible de elementos de esa forma de vida que
resulten significativos para hacer inteligible la anomalía.” p. 217
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