El hacha doble es un complejo
símbolo que proviene del Paleolítico y Neolítico, asociado al culto de la diosa
madre y a divinidades telúricas similares. Para Cirlot está relacionado con el
signo tau y se representa en
obras artísticas desde la India hasta Inglaterra, pero es en la cuenca mediterránea, en África y en
Creta donde más se ha utilizado.
Este motivo aparece en
cerámica, en esculturas, en joyas y amuletos.
Lo cual nos da a entender su importancia y su capacidad para difundirse. En el libro de Elworthy The
evil eye se muestra un hacha (fig. 43 y 44) que se halla en el Museo
Etrusco de Bolonia y a la que da el nombre griego de pelekys
que es hacha doble. Como tiene anilla para suspensión se supone que se
trata de un amuleto.
La Gran Diosa Minoica es
representada con este hacha en un sello de oro de Creta (Campbell, 2013: 103) y también aparece en un pequeño santuario que
encontró Arthur Evans en el palacio de
Cnosos del Minoico Tardío III, se trata de dos pares de cuernos hechos de
estuco y entre ellos apoyada un hacha
doble de esteatita. Cada uno de los cuernos tenía una hendidura en el centro
para insertar el mango del hacha. Marija
Gimbutas considera que este hacha es una epifanía de la Gran Diosa (1991: 83).
Con gran
frecuencia encontramos el hacha situada sobre la cabeza de un buey entre sus
cuernos, esta afirmación no solo la avala Cirlot (1982:234) y Siret (1908: 151) sino otros
muchos historiadores como la misma Gimbutas (1991: 82-83) y otras más recientes
(Baring y Cashford, 2014: 140-146). Su forma tiene variaciones que van de un realismo claro a un esquematismo total, pero el motivo se mantiene.
Este tipo de motivo también lo hemos
encontrado en las culturas prerromanas de la península Ibérica.
Cultura tartésica.-
El tesoro del Carambolo es un conjunto de joyas de oro, descubierto en 1958 en
Camas, Sevilla: placas, brazaletes, pectorales o hachas y un collar. Una de las
piezas del tesoro del Carambolo, que se encuentra en el Museo Arqueológico
Nacional, puede ser una representación
de una doble hacha, esa es nuestra hipótesis y en general compartimos las interpretaciones de Pellicer y Ruano (1988:92-93), aunque algunos ven una piel de
toro en vez de un hacha. En la exposición permanente del museo junto al tesoro se muestra una animación con dibujos en los que aparece
un toro con esa pieza sobre sobre la testuz, lo que parece otra variedad de
colocación del hacha sobre el toro. El
llamado pectoral o frontil está decorado con semiesferas lisas y rosetas
troqueladas fundidas entre sí, en las
explicaciones de las piezas se dice que los frontiles servían para ser
colocados a los bóvidos en las procesiones.
Tesoro del Carambolo. MAN |
Pero este no es el único ejemplo
de la representación del hacha doble en la cultura ibérica porque hay otros.
Cultura Ibérica.- De esta cultura podemos poner algunos ejemplos de objetos que hemos fotografiado en el Museo Arqueológico Nacional como una columna con capitel decorado con motivos incisos: presenta bandas alternas de
círculos concéntricos y dobles hachas en vertical y horizontal, puede ser columna de una tumba o altar. Pertenece la cultura ibérica del siglo II a.C. y fue hallada en el Cortijo del Ahorcado, Baeza (Jaén).
Columna-capitel decorado. Cultura Ibérica: Cortijo del Ahorcado. MAN |
Otro ejemplo más esquemático se encuentra en una caja funeraria del siglo IV a
C. procedente de Galera (Granada), en la necrópolis de Tútugi de la cultura
ibérica también; observamos que la tapa en la parte superior tiene una cenefa pintada
con dobles triángulos o hachas y rectángulos rojos.
Urna funeraria. Galera (Granada) MAN |
Finalmente consideramos las falcatas encontradas en la Necrópolis de Almedinilla (Córdoba). Hay una con empuñadura con ataujía
de plata, que acaba en cabeza de caballo y adornos también en la empuñadura con aspecto de hacha de doble filo. Estas falcatas están datadas entre el siglo IV a. C. y el
comienzo de era. Sus adornos hacen pensar en que tienen un valor simbólico, indicador de estatus social y como amuleto, igualmente cumplen funciones heráldicas,
protectoras y funerarias y también poseen símbolos de alguna divinidad.
De momento esto es lo que podemos adelantar, seguiremos ahondando en este bello motivo tan apasionante en diferentes épocas y lugares.
Bibliografía
Baring, A. y Jules Cashford, El mito de la diosa, Madrid, 2014
Blázquez, J.M., Primitivas religiones ibéricas, tomo II, Madrid, 1983
Campbell, Joseph, Diosas, Girona, 2015
Cirlot, E., Diccionario de símbolos, Barcelona, 1982
Gimbutas, Marija, Dioses y diosas de la vieja Europa 7000-3500 a. C., Madrid, 1991
Lucas Pellicer, Mª R. y Encarnación Ruano Ruiz, "El Cortijo del Ahorcado: Estudio de los restos arquitectónicos de época ibérica", Espacio tiempo y forma, serie II, Historia Antigua, 1988, 79-103
Siret, L., Las Casitérides y el imperio colonial de los fenicios, Mojácar, 2014
De momento esto es lo que podemos adelantar, seguiremos ahondando en este bello motivo tan apasionante en diferentes épocas y lugares.
Bibliografía
Baring, A. y Jules Cashford, El mito de la diosa, Madrid, 2014
Blázquez, J.M., Primitivas religiones ibéricas, tomo II, Madrid, 1983
Campbell, Joseph, Diosas, Girona, 2015
Cirlot, E., Diccionario de símbolos, Barcelona, 1982
Gimbutas, Marija, Dioses y diosas de la vieja Europa 7000-3500 a. C., Madrid, 1991
Lucas Pellicer, Mª R. y Encarnación Ruano Ruiz, "El Cortijo del Ahorcado: Estudio de los restos arquitectónicos de época ibérica", Espacio tiempo y forma, serie II, Historia Antigua, 1988, 79-103
Siret, L., Las Casitérides y el imperio colonial de los fenicios, Mojácar, 2014
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