A
santa Casilda se la representa de dos maneras relacionadas con dos milagros de
su leyenda: una, mostrando a su padre las rosas que llevaba en la basquiña, y otra, tumbada
en su lecho durmiendo. La iconografía de la muchacha que muestra las rosas en
su falda está asociada a otras dos santas, santa Isabel de Portugal e Isabel de
Hungría, debido posiblemente a que haya habido contaminación entre las leyendas. De hecho
Zurbarán pinta dos cuadros semejantes del milagro de las rosas, uno con santa
Casilda http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_obra/65 (Museo Thyssen) y otro con Isabel de Portugal (Museo del Prado).
Santa Isabel de Portugal de Zurbarán. Museo del Prado |
Iconografía.- Cuenta la
leyenda que Casilda era hija de un rey moro de Toledo, éste tenía cautivos
cristianos encerrados en celdas y su hija de buen corazón se apenaba al verlos.
Por lo que solía darles pan cuando podía, un día su padre la sorprendió en el
momento de llevar el pan y cuando este le pidió que le enseñara lo que llevaba
en su enfaldo, aparecieron rosas en vez de trozos de pan. Esta historia ha sido
representada por varios pintores y grabadores españoles, porque resulta muy
visual. En cambio la representación de Casilda durmiente es menos común, aunque
la imagen yacente de Diego Siloé, en el altar de la santa, ha podido ser la
inspiración de estampas y medallas de carácter más popular. En las medallas
suele aparecer de esta manera.
Medalla de Santa Casilda. Museo del Traje. CIPE |
Qué
significa esa Casilda durmiente. Examinemos otra vez su leyenda, en ella se
dice que Casilda sufría de flujo de sangre o "achaque de sangre
lluvia" (modismo que aludía a la
menstruación) y como no se curaba con los médicos de su padre, los cristianos le
aconsejaron ir a los Lagos de san Vicente en la Bureba (Burgos), porque allí se sanaban esos males. Una noche mientras Casilda duerme escucha una voz que le dice que
vaya a esos lagos para curarse. Se lo cuenta a su padre que la deja marchar con
un séquito hasta los lagos de san Vicente cerca de Buezo en los montes Obarenes. Allí se baña y sana,
por lo que decide pasar el resto de su vida en soledad y construir una ermita para alabar a Dios. Las
visiones o las voces en sueños nos hablan de una realidad espiritual propia de
los libros sagrados, hay muchos ejemplos en la Biblia.
Santuario
regional.- El Breviario de Burgos
del siglo XV cuenta su historia y los Bolandos en su Acta Sanctorum le
dedican el 9 de abril fecha de su muerte. Su cuerpo se sepultó en principio en
la roca y en 1529 sus restos fueron trasladados al santuario que se edificó
entonces. Pero las reliquias y el altar de la santa estuvieron en la nave del
evangelio hasta 1750 en que pasan al altar de la nave central quitándole
protagonismo a san Vicente. En 1601 parte de sus reliquias van a la catedral de
Burgos y algunas cenizas a la de Toledo. El santuario pertenece al cabildo de
la catedral de Burgos y tiene hospedería para peregrinos.
W.
Christian considera regional el santuario de santa Casilda y su culto sucesor
del ofrecido a san Vicente, siendo la fecha del cambio de titular en el
santuario entre 1415 y 1535 y la fuente que cita es Gómez Martínez (Burgos,
1968) pp. 86-7. Es más, en el siglo XVI es uno de los santuarios más importantes
de España. De dónde proviene este éxito: por una lado la propaganda de las
curaciones y por otro de ser una leyenda que invita a la conversión de los moriscos.
Santa Casilda de José Patiño. RAE |
Curaciones. Los lagos o pozas de aguas curativas en Buezo (La Bureba) se utilizaban por su supuesta virtud para las mujeres que sufren hemorragias menstruales al
igual que la santa. En España el culto a las aguas ha tenido abundantes manifestaciones, para Caro Baroja este culto comienza con los paganos y luego se cristianiza dando a las fuentes y manantiales nombres de santos. "Es evidente que en el suelo español el uso de los exvotos está ligado desde muy antiguo con el culto a las fuentes salutíferas" (Caro Baroja, 1979: 157). El santuario de santa Casilda estaba lleno de exvotos que tuvieron que ser recogidos porque no cabían en las habitaciones que los albergaban, era pues un lugar de intenso peregrinaje para la petición de salud y para dar las gracias por la salud recuperada.
Conversiones.- Casilda hace un camino inverso a la
Reconquista, va del sur al norte, es un camino de conversión: se trata de una
princesa mora que se vuelve cristiana al curarse en un lugar dedicado a un
santo al que también aprecian los musulmanes, se sabe que en el cabo de san
Vicente había una ermita a este santo dedicada que era visitada por musulmanes y en la ciudad de Córdoba la iglesia mayor en la época de la conquista por los árabes estaba dedicada a san Vicente y estos la partieron en dos: una parte para culto cristiano y la otra para mezquita.
Hay una paradoja en todo esto, por esta peculiar simbiosis entre ambos cultos. Casilda suplanta o mejor se injerta en el culto a san Vicente porque es una conversa que trata de crear un puente entre ambas culturas.
Creo interesante resaltar que Santa Casilda no es una santa martirizada como se dice en la información del cuadro de Zurbarán del Museo Thyssen, es una santa eremita según los bolandistas y el Año cristiano que incluyo en la bibliografía.
Creo interesante resaltar que Santa Casilda no es una santa martirizada como se dice en la información del cuadro de Zurbarán del Museo Thyssen, es una santa eremita según los bolandistas y el Año cristiano que incluyo en la bibliografía.
Bibliogafía
Alarcón Román, Concepción,
"La iconografía religiosa en el siglo XVIII", Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, tomo XLV,
1990, 247-277
Caro Baroja, Julio, La estación del amor, Madrid: Taurus, 1979
Christian, William, "De los santos a María" en Temas de Antropología, Madrid, 1976
García Rodríguez, Carmen, El culto de los santos en la España romana y visigoda, Madrid: CSIC, 1966
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Christian, William, "De los santos a María" en Temas de Antropología, Madrid, 1976
García Rodríguez, Carmen, El culto de los santos en la España romana y visigoda, Madrid: CSIC, 1966
Güell, Dolores, "9 de abril,
Santa Casilda de Toledo" en
Echeverría, Lamberto de y Bernadino Llorca (dir.), Año cristiano, vol.
II, Madrid, BAC, 1966, págs. 49-53
Hagerty, Miguel José, Los cuervos de san Vicente, Madrid, Editora Nacional, 1978
Herradón Figueroa, Mª Antonia, "Algunas notas sobre santa Casilda, pasmo de la caridad y prodigio de Toledo", Anales toledanos, nº 40, 2004, 9-38
Hagerty, Miguel José, Los cuervos de san Vicente, Madrid, Editora Nacional, 1978
Herradón Figueroa, Mª Antonia, "Algunas notas sobre santa Casilda, pasmo de la caridad y prodigio de Toledo", Anales toledanos, nº 40, 2004, 9-38
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