viernes, 13 de enero de 2017

EL CENTRO DEL MUNDO: BETILOS Y OMPHALOS

Hay un símbolo del centro del mundo que los griegos llamaban  omphalós u ónfalo, donde se produce comunicación entre el mundo de los vivos, el de los muertos y el de los dioses. El lugar donde se colocaba la piedra que es su representación material se consideraba sagrado. Se trata de una piedra o betilo en forma de pilastra o bien en forma ovoide (Cirlot, 1982: 340-341). Muchas culturas utilizan este símbolo. Su origen es a veces meteorítico, otras veces son piedras labradas. Por lo que hemos leído e investigado acerca de esta simbología puede tener diferentes lecturas y significados según épocas y culturas, por lo cual habría que hacer un profundo trabajo sobre este tema y aquí solo pretendo apuntar ideas acerca de ello.
El culto a las piedras tiene orígenes prehistóricos, en la religión cananea y fenicia había rituales en que se daba la vuelta a piedras sagradas. En la Biblia los profetas de Baal  derraman agua sobre el altar. Las piedras eran consideradas la morada de los dioses, las piedras tenían un significado religioso por recordar una teofanía, una presencia divina, por ejemplo: el templo de los obeliscos de Biblos lleno todo el de betilos o la capilla cananea de Hazor con diez estelas de entre 22 y 65 cm (Blázquez, 1983: 64-65).
En Creta además se representa a la Diosa en la cima de una montaña del mundo en un sello Minoico del 1400 a. C., a ambos lados un león, al otro lado el altar con cuernos. Y la Diosa es la montaña entera, y presenta como atributo un tridente entre el par de opuestos, los cuernos símbolos de la luna y los leones como símbolo del sol, pero al margen de ellos o por encima de ellos (Campbell, 2015: 107). 
Sir Arthur Evans  estudió la relación existente entre el culto al árbol, el culto al pilar sagrado y a  rudas piedras en las culturas  mediterráneas. Percibió que los altares en los santuarios de Creta y Micenas evidencian que existe una relación con el culto a los ancestros y también con formas de homenaje más elaboradas. Creo que lo que quiere decir Evans es que la adoración al árbol y al pilar forman parte de una religión establecida, que asoció el culto a la naturaleza centrado en árboles y piedras con el culto a otros objetos que la representan y que están más o menos elaborados.  Pero no solo hay relación entre el árbol sagrado y el pilar sino que también  el dolmen o los rudos betilos forman parte de estos ritos ya que se cree que hay una posesión del objeto material por el numen de la divinidad. Entre los objetos estudiados por él está un fragmento de esteatita, encontrado frente al palacio de Cnosos, en el que se ve una base cilíndrica o pyxis y en su parte superior dos cuernos que indican que era un altar o betilo que está junto a una higuera, para demostrar la vinculación entre la higuera y el altar (Evans, A., 1901: 101-104, fig. 2) .
De la España Antigua se han encontrado ciertos medallones en los que el centro de la composición es un betilo, son de estilo egipcio relacionados con Cartago y el mundo fenicio y cuya iconografía consiste en una montaña rellena de granulado enmarcada por dos cobras o ureus coronadas y sobre la montaña o betilo una media luna que encierra un disco, en la parte superior un disco solar alado:
-         -          uno de ellos está en el Museo de Cádiz y fue hallado en la playa de los Corrales está datado en el siglo VI a.C.;
Museo de Cádiz
Medallón de la Playa de los Corrales.
Museo de Cádiz. CERES

-        -   otro es del Museo de Málaga y fue hallado en Trayamar se repite la composición pero sobre los uraei hay halcones, está datado en el siglo VII a.C.;
Foto de Ignacio del Río
Medallón de Trayamar. Museo de Málaga.
CERES



-         -  y otro se conserva en el MAN y fue hallado en el Museo de Puig des Molins y está datado entre los siglos V-IV a. C. 
Estos medallones forman parte del sincretismo religioso producido en el Mediterráneo entre los siglos VII y IV a.C. La simbología que observamos creo que podemos asociarla al culto a Isis en una fase tardía con una fusión del culto ctónico y el solar.
Los cristianos también utilizaron betilos en los primeros siglos en Siria, Palestina y Antioquía, tenían forma cónica o de piña y servían para recordar la presencia de la divinidad o la morada espiritual de la muerte que los griegos llamaban baitylos y los hebreos bethel que significa casa de Dios (Smith, 1971: 72).

Bibliografía
Baring, A. y Jules Cashford, El mito de la diosa, Madrid, 2014
Blázquez, J.M., Primitivas religiones ibéricas II, Madrid, 1983
Campbell, Joseph, Diosas, Girona, 2015
Cirlot, J.E., Diccionario de símbolos, Barcelona, 1982
Gimbutas, Marija, Dioses y diosas de la vieja Europa 7000-3500 a. C., Madrid, 1991
Smith, Baldwin, The dome. A study in history of ideas. Princeton, 1971
Recursos electrónicos:
http://oldeuropeanculture.blogspot.com/2020/04/omphalos.html
Arthur Evans Archives
http://www2.odl.ox.ac.uk/gsdl/cgi-bin/library?site=localhost&a=p&p=about&c=sackle02&ct=0&l=en&w=iso-8859-1