sábado, 25 de abril de 2015

ORÍGENES DEL ÁRBOL DE JESÉ

Enlazando con el anterior artículo del blog continúo con el tema del árbol. Para rectificar o aclarar un punto sobre el origen de la iconografía del  árbol de Jesé  cuyo primer autor no fue Suger exactamente, pues desde el siglo XI se había usado este modelo iconográfico y hay que recordar que la vidriera de saint Denis es de 1114. Vamos a tratar dos puntos: 1) por un lado ese uso anterior a Suger en el mundo cristiano occidental y 2) por otro constatar que la iconografía del árbol de Jesé no es una creación original de la cristiandad sino que parece provenir de imágenes muy anteriores del arte extremo-oriental: “La disposición original con el árbol que nace de su costado, tal como se afianzó en los siglos XI-XII, tiene un sorprendente parecido con la escena en la que vemos a Brahma sentado sobre una flor de loto que sale del vientre de Visnú, quien se encuentra tendido sobre una serpiente”. Y después del siglo VI se representa el tema en Birmania y Camboya (Baltrusaitis, 1983: 200-201).
El mundo antiguo: Grecia, Roma y las rutas caravaneras
Para entender la recreación en Europa de una iconografía de origen tan lejano tenemos que hacer un pequeño repaso para conocer lo que se conocía y escribía sobre el oriente lejano desde épocas muy antiguas. Porque las relaciones entre Oriente y Occidente nacieron en la Antigüedad y desde entonces el mundo occidental ha tenido una idea de cómo era ese mundo al que se rodeaba de un halo de misterio y de fantasía. La concepción literaria sobre la India nace en Grecia: el primero en escribir sobre India es Herodoto quien da una somera idea de aquellas tierras, más tarde Ctesias como médico real en la corte de Artajerjes de Persia elabora la idea de que la India es un país de maravillas, Alejandro Magno invade la India en el 326 a. C. y cambia la concepción que los occidentales tenían del país, se rodea de científicos que escribieron varias obras, así es el caso de Megástenes que cuenta historias fabulosas, el tratado de Megástenes sobrevive en Diodoro Sículo, Estrabon, Plinio, etc., y su rastro dura muchos siglos. Pero las relaciones entre Oriente y Occidente se dificultan en su ruta por tierra, mientras la ruta por mar al sur de la India crece y el comercio con los romanos  se hacía a través de los árabes (Wittkower, 2006:71-76).
 Las relaciones comerciales suponen igualmente un importante elemento dinamizador, sirios, griegos y judíos viajan hacia Oriente Medio y la India. Ciudades como Batné, Antioquia, Palmira, Petra, etc., son eslabones de una cadena que llevaba hacia la India y más allá. Los griegos llegaron a Asia Central, pero los sirios y los palmirenses desempeñaron también un papel importante en el comercio antiguo como caravaneros que iban desde el Mediterráneo al Golfo Pérsico donde servían de intermediarios de mercancías entre los romanos y los partos. Aunque el cristianismo no penetra en la India el brahmanismo se introduce en Occidente en medios cultivados de Roma y Constantinopla (Boulnois, 1964:116), llegan filósofos indios en las embajadas enviadas al emperador y poco después se conocían los Upaniçad. En los siglos IV y V sirios, griegos o judíos no llegaron aún a China sino que como Alejandro Magno llegaban a la India .
La Edad Media
La Edad Media es heredera de estas fábulas que tenían un origen literario y que pervivieron por medio de autores antiguos como Plinio, Solinus y Marciano Capella, san Isidoro y Rabano Mauro. Wittkower considera que existió también una vía de transmisión pictórica en manuscritos ilustrados de estos mismos autores mencionados y en las ilustraciones de los mapas del mundo o mappa mundi. Otra manera de transmisión sería los manuscritos iluminados árabes como es el caso de la Cosmografía de Qazwini. Pero existen más fuentes de inspiración como el Libro de Alexandre escrito en griego y que fue traducido en la Edad Media
“Desde aproximadamente el siglo XII en adelante, las maravillas penetraron en el campo del arte religioso (Ibid, 85)”. La iconografía románica se impregna de estos monstruos e imágenes fantásticas como en las iglesias cluniacenses que se inspiran en la tradición, que acabamos de ver, lo que Wittkower llama tradición geográfico etnológica y también se inspiran en libros como el Physiologus y en los Bestiarios. Podemos poner el ejemplo de una ilustración medieval que representa un árbol denominado el árbol Perindex o Peridexion que se dice natural de la India y que aparece en el Physiologus. En este hermoso árbol se refugian palomas para salvarse de las dentelladas del dragón que las espera en el suelo, de ello hacen una lectura alegórica:
Manuscrito 3244 Harley de la Biblioteca Británica:
Bestiario Aberdeen con Peridexion
Árbol Perindens en el Oxford Bestiary. Wikimedia
Oxford Bestiary
Árbol Perindens. Wikimedia

Biblioteca de Douai, De natura animalium ms. 711
Durante el siglo XI y todo el XII se desarrolla en Occidente la iconografía del árbol de Jesé. Las primeras representaciones son miniaturas de manuscritos, después pasa a la pintura mural románica, techumbres de madera y la vidriera gótica, relieves románicos y en el arte mueble se hacen frontales de altar, sillerías de coro, tapices, bordados, etc. Existen tres variantes siguiendo a Manzarbeitia: Jesé solo del que crece un árbol con siete ramas, la vara o virga asociada a la figura de María que ocupa casi todo el espacio del tronco, forma de árbol genealógico familiar en el que aparecen familiares y profetas. Antecedentes: candelabro judío de los siete brazos, el árbol de las Siete Artes de Teodulfo de Orleans, representaciones genealógicas de los beatos hispánicos. Otros antecedentes son las representaciones de origen hindú del nacimiento de Brahma, y las del árbol Wak Wak que narran leyendas árabes del siglo X pero su origen se remonta a textos chinos anteriores, conocidos a través de relatos de viajeros occidentales (2009:4).
Árbol de Jesé, siglo XVIII. Museo Arqueológico Nacional
Árbol de Jesé. Siglo XVIII
Foto MAN
Ya comentamos anteriormente la rica tradición de representaciones del árbol de Jesé en España, ahora solo vamos a mencionar las tres versiones del códice rico de las Cántigas de Santa María (El Escorial ms TI, 1,) que para Ana Domínguez Rodríguez responden a un modelo mariológico; el árbol de Jesé del parteluz del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela; y el retablo de la capilla de santa Ana de la Catedral de Burgos. Aunque es un tema muy estudiado podemos seguir investigando toda esta iconografía del árbol de Jesé en España y en Europa, cuyos orígenes están en el medievo y que ha llegado hasta el siglo XVIII.
Retablo en la capilla de santa Ana de la catedral de Burgos: árbol de Jesé
Árbol de Jesé en la capilla de santa Ana
Catedral de Burgos. Foto propia

Bibliografía
Baltrusaitis, La Edad Media fantástica, Madrid, 1983
Boulnois, L., La ruta de la seda, Barcelona, 1963
Manzarbeitia,  Santiago, “El árbol de Jesé”, Revista digital de iconografía digital, vol. I, nº 2, 2009, 1-8. En Internet: https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-41515/rdim_2.pdf
Montoya Martínez, J. y Dominguez Rodríguez, A. (coord..), Scriptorium alfonsí: de los libros de astrología a las Cántigas de Santa María, Madrid, 1999
Wittkower, R., La alegoría y la migración de los símbolos, Madrid: ediciones Siruela, 2006

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