martes, 21 de julio de 2015

LAS CRUCES COMO OBJETOS PROTECTORES

La cruz es un símbolo universal y anterior al cristianismo, usado por muchas antiguas culturas desde la prehistoria. El cristianismo como sabemos tomó este símbolo que identifica a los cristianos por el sacrificio de Jesús en la cruz.

El mundo cristiano ha utilizado la cruz oficialmente desde la época de Constantino, de hecho la madre del emperador santa Elena ha pasado a la historia como la persona que encontró los restos de la cruz en la que murió Jesucristo. Y su hijo Constantino tuvo una visión en la que se decía "con este signo vencerás". Pero a la cruz no sólo se la venera, sino que se la adora en los oficios del Viernes Santo de la Semana Santa: "Ecce lignum Crucis/ in quo salus mundi pependit/ Venite adoremus." También desde muy antiguo forma parte del altar.  Los cristianos a lo largo de la historia han dado culto a la cruz y al crucifijo, en el Medievo la cruz es un emblema de la victoria de Cristo y un objeto mágico (Duby, 1988: 151). Los encolpia eran relicarios en forma de cruz que traían los peregrinos con reliquias de los lugares santos, fueron usados durante la Edad Media.
Encolpia bizantinos de bronce. MAN
Foto propiedad de la autora

Podemos apreciar la presencia de la cruz en los lugares sagrados, así es el caso de las iglesias con cruces tanto en el interior como en el exterior de sus muros, en los tímpanos y también es el caso de los camposantos donde aparecen las más antiguas cruces grabadas en las losas sepulcrales (Castelao, 1975); otra manera especial de sacralizar el terreno es a través de los Vía Crucis, en la subida a ciertos santuarios  y montes. Pero igualmente hay lugares no santos que es necesario santificar o proteger: Castelao comenta que los caminos que llevan a Santiago fueron orillados con los cruceros.
Fuente de Valporquero de Torío
Fuente. Sierra de Ancares

En las fuentes milagrosas también se colocaban cruces así como en las encrucijadas, en la decoración en piedra de las puertas, en  cruces exentas sobre la propia puerta y en  los portalones; igualmente la vida humana, los campos y los animales son protegidos por la cruz.
Crucero en el Camino de Santiago.
Foto propiedad de la autora
 Las monedas han sido otros objetos santificados por la cruz incluso por los iconoclastas, a lo largo de la edad Media todos los reinos cristianos ha grabado una cruz en sus monedas.
Panel con representación de monedas medievales.
Casa de la Moneda. Madrid

Pero tal vez lo más llamativo con respecto a las cruces sea la idea de que sirven y se utilizan en un sentido similar o igual que un amuleto, el Dictionnaire d´archéologie chrétienne et liturgie considera amuletos ciertas medallas devocionales y entre estas abundan en los primeros siglos las grabadas con cruces y el monograma de Cristo o crismón. Algunas órdenes religiosas han sido especialmente proclives a la veneración de la cruz y han creado pequeñas cruces para ser portadas por las personas con diferentes propósitos, los benedictinos por ejemplo elaboran una cruz con un conjuro para alejar el mal y los eremitas de Montserrat fabricaban cruces en madera de boj en la que grababan los instrumentos de la Pasión, tal vez por influencia franciscana, ya que en un determinado momento los franciscanos extendieron por el Mediterráneo el culto a la Pasión de Cristo.
 
Por otro lado la cruz patriarcal con las reliquias de la Vera Cruz han gozado de singular aprecio entre los creyentes, en España tenemos diferentes ejemplos como el Lignum Crucis de Ejea de los Caballeros, o el del monasterio de Carboeiro que ahora está en Santiago, el relicario de la Vera Cruz de la catedral de Astorga y el relicario de Riells de Fay actualmente en el museo de Barcelona. Pero la más popular es la Cruz de Caravaca, de la que se crearon pequeñas réplicas en metal utilizadas para salvaguardar la casa y la vida en las tormentas y en otras ocasiones de peligro o contra ciertos males, en una cara se representa a Jesucristo y en la otra a la Inmaculada, a veces a los pies de la cruz hay una calavera y a los lados dos ángeles que la sujetan.

Anverso cruz de Caravaca.
Foto propia
Otras ejemplares venerados en iglesias urbanas que podemos nombrar por su valor milagroso y popular son la Cruz de la Victoria de Oviedo y los crucifijos que representan al Cristo de Burgos. La cruz de la Victoria la regaló Alfonso III a San Salvador de Oviedo en el año 908, el interior está formado por dos piezas de madera que contenían fragmentos del lignum crucis. El Cristo de Burgos fue una imagen cuyo culto propagaron los agustinos en esa ciudad, las llamadas crucetas del Cristo de Burgos han sido muy usadas en joyería popular ensartadas en collares, brazaleras, etc.
Cruces de madera, cruces de bronce, plata, oro y marfil para ser llevadas encima o para poner en la puerta de las casas o en el cabecero de la cama como se hacia tradicionalmente. Cruces y crucifijos para los altares, para ser especialmente venerados. Cruces de piedra para los caminos para cristianizar lugares siempre venerados.
Cruces en el dintel de puerta y ventana en Quecedo (Burgos).
Foto de Ester Vela


Bibliografía
Castelao, Alfonso R., As cruces de pedra na Galiza, Madrid, Akal, 1975
Hildburgh, W.L., Caravaca crosses and their uses as amulets in Spain, Folklore, vol. LI, 1940, 241-258
Leclercq, H., Dictionnaire d´archéologie chrétienne et liturgie, Amulettes, París, 1907,  pp. 1874-1800
https://www.facebook.com/446226215556627/photos/a.483418591837389.1073741829.446226215556627/518755654970349/?type=3

No hay comentarios:

Publicar un comentario