jueves, 18 de enero de 2018

EL ORÁCULO DE DODONA

Introducción.- Dodona era un lugar donde se realizaban oráculos, estaba situado en Tesprotia región montañosa al norte de Grecia, se encontraba en el interior de un bosque, en la falda del monte Tomaros, con una fuente cercana al río Aqueloo y un árbol sagrado. Fue creciendo en importancia y por ello se creó un santuario, un lugar liminar junto al agua, una fuente. Los sacerdotes y sacerdotisas del bosque sagrado interpretaban los sonidos reverberantes de los calderos, el susurro de las hojas del roble con el viento y el vuelo de las palomas.
Hemos recogido información sobre Dodona de diferentes fuentes que afirman que en aquel lugar del norte de Grecia se producían oráculos junto a un roble o encina sagrada que albergaba la virtud de hacer presagios, es posible que se trate de un roble aunque hay autores que hablan de encina. Diferentes literatos griegos y romanos han hablado de Dodona: Heródoto, Homero Iliada canto 16 (233) Odisea canto 19 (296), Sófocles, Esquilo, Plutarco, Estrabón, 7, frag. 3.
"Zeus soberano, Dodoneo, Pelásgico, que vives lejos y reinas en Dodona, de frío invierno, donde moran lo selos, tus intérpretes, que no se lavan los pies y duermen en el suelo!" Iliada canto 16 (233)
Encina: Fuente del Berro

Historia:-
La historia de Dodona comienza en la Edad del Bronce y termina en la era cristiana, al ser tan antiguo su origen el lugar estaba dedicado a la Diosa madre pasando después al poder de Zeus. El culto  al dios celeste llegó a Dodona en el siglo VIII para convivir con una creencia en una diosa Tierra ligada al culto a la encina. Zeus extiende sus oráculos por toda la geografía griega, pero los dos más importantes fueron: Dodona en el salvaje norte  y Siwa en el desierto libio. Ambos son lugares extremos y de difícil acceso. Los oráculos de Zeus están vinculados a Egipto. Hay un pasaje de Heródoto que cuenta el origen mitológico o legendario de Dodona a partir de  los pelasgos.
En principio por tanto el santuario era un recinto sin edificios, al aire libre, delimitado por un cerco y marcado por unos calderos que servían como instrumentos para la adivinación por suertes. El santuario ha sido excavado por la Sociedad Arqueológica de Atenas por la que se ha averiguado cómo era el recinto: entrada principal al este con un templo dórico dedicado a Heracles, a continuación dos templetes jónicos dedicados a Dione y hacia el oeste  el templo dedicado a Zeus, la “Morada sagrada”, y junto a este se levantaba la encina sagrada de Zeus donde se realizaba el ritual adivinatorio de Dodona. La encina sagrada fue respetada por los romanos, pero el fin del oráculo se produjo bajo el emperador Teodosio cuando se tala la encina en el año 391.
Roble Fuente del Berro.
Madrid

Cómo era el oráculo de Dodona.-
La gente peregrinaba a Dodona para obtener respuestas a sus preguntas acerca del futuro. Las consultas eran relativas a la toma de decisiones religiosas o políticas, consejos para la vida del día a día y para asuntos de la salud. Los oráculos de Zeus son muy antiguos, estos se caracterizan por sus extraños medios de adivinación, en Dodona a través de un árbol sagrado y en Siwa a través de una estatua de madera. El conjunto de señales que se interpretaban era muy variado: se profetizaba a través de los murmullos de las hojas de la encina sagrada y del vuelo de las aves. Igualmente se profetizaba a través del gorjeo de las aguas de una fuente vecina y de la que había en unos calderos de bronce.
Los intérpretes de los signos o señales son los sacerdotes llamados selloi (que van descalzos y que duermen en el suelo en contacto con la tierra). También se habla de sacerdotisas o Peliades (palomas) como las del mito fundacional. La adivinación se alcanza por distintos medios de inspiración divina a través del elemento telúrico o con el celeste (vuelo de las palomas).
Kálathos del árbol de la vida. MAN
Madrid

Algunas explicaciones de los poderes de la naturaleza.-
Frazer comenta que en Dodona hay una fuente al pie de un gran árbol cuyos murmullos son interpretados por la sacerdotisa de los oráculos. Entre los griegos una salida de agua de ciertas fuentes sagradas o pozos se supone le confiere proféticos poderes (Frazer, 1978: 194). También dice que el culto al roble o al dios del roble aparece compartido por todas las ramas del conjunto ario en Europa, griegos e italianos asocian el árbol con su dios más importante, Zeus y Júpiter. Quizás el más antiguo y más famoso santuario de Grecia fue Dodona, donde Zeus era reverenciado en el roble oracular. Se decía que en Dodona había más tormentas que en cualquier parte de Europa por eso se hizo una casa para el dios cuya voz era oída en el susurro de las hojas del roble y en el estampido de los truenos. Quizás el gong de bronce colgado alrededor del santuario movido por el viento que los hacía sonar era un mimetismo semejante al sonido de los truenos en las montañas (Frazer, 1978: 209-210).
Y Plinio hablando de los poderes o virtudes de las aguas dice que las aguas producen presagios… En el Libro XXXVI, 91-92, citando a Varrón habla de un laberinto o monumento cuadrado sobre el que “se yerguen cinco pirámides, rematadas todas en el vértice con un disco de bronce y una única cúpula que las cubre a todas, de la que cuelgan campanillas sujetas por cadenas cuando las mueve el viento su tintineo se oye desde lejos”, y añade:”como sucedía en Dodona”. 
Plinio en su libro XXXI escribe sobre el poder de las aguas: es un poder asombroso, brotan abundantemente por todas partes, las termales sirven de remedio para las enfermedades y dan origen a ciudades. Pero todas tanto las frías como las calientes curan enfermedades. XXXI, 23 Las aguas producen grandes prodigios, como los presagios, en Cantabria las fuentes se consideran portadoras de presagio. Las fuentes Tamaris son tres y se reúnen en un único cauce formando un extenso río.
Debido a este poder que goza el agua  se le ha dado culto y en algunos casos su virtud oracular ha dado lugar a antiguos santuarios: fuente oracular de Dodona que fluía en las raíces del sagrado roble y sus murmullos son interpretados por la sacerdotisa de los oráculos.
En esta línea de creencias G.S. Kirk afirma que los griegos creían en las cualidades sobrehumanas de la propia naturaleza. Sabiduría de los pájaros, encina profética de Dodona y los signos de los cielos. (Kirk, 1973: 192)

El fin de estos oráculos tiene lugar con la difusión del cristianismo y la imposición del monoteísmo frente al culto a la naturaleza y la creencia en sus poderes y sus dioses, en las religiones del libro el espíritu de profecía de los profetas viene de Dios mientras en los oráculos el poder de adivinación recae en la naturaleza aunque también se necesite de los dioses. 

Bibliografía:
Kirk, G.S., El mito: su significado y funciones en las distintas culturas, Barcelona, 1973
Frazer, J.G., The Golden Bough, London, 1978
Hernández de la Fuente, David, Oráculos griegos, Madrid, 2008
Plinio el Viejo, Lapidario, Madrid, 1993
Plinio el Viejo, Historia natural, Madrid, 2007

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