viernes, 28 de marzo de 2014

MI PADRE Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Hablar de mi padre es difícil porque no fue un padre al uso, era un hombre complicado porque su vida fue complicada: sus orígenes inciertos y la guerra moldearon un carácter hermético, aunque aparentemente era abierto y locuaz. Nació en Málaga en 1914 y le bautizaron en la parroquia del Apóstol Santiago donde también se bautizó Picasso, pero para nada tuvo una estrella similar a la de este.
Mi abuela había salido de Fuengirola donde sus hermanos eran pescadores y su familia tenía algún terreno en Mijas. Pero ella buscaba otros aires. Mi padre pasó su niñez entre Mijas y Ceuta, cuando se instaló en Ceuta, alrededor de 1922empezó a ir al colegio de los PP. Agustinos, pero se torció su suerte al morir su padrastro y cogieron el baúl y tuvieron que volver a Málaga donde empezó una nueva andadura con los Salesianos para aprender mecánica. La situación en Málaga no debía ser muy buena por lo que mi abuela decidió viajar a Madrid en busca de un porvenir. Se instalaron en la calle Atocha a principios de los años 30 y sin un duro en el bolsillo. Mi padre contaba que estuvo trabajando en una empresa y después de unos meses como no le podían pagar, mi abuela y él se cobraron cogiendo unas sillas y caminaron con ellas por toda la Gran Vía...
Foto: propiedad de Concha Alarcón
Mi padre y mi abuela: año ¿1930?

Así, un muchacho andaluz se enfrentaba a la vida de la capital; conoce a católicos de derechas y se crió como, lo que llamábamos en mis tiempos universitarios un desclasado, pues nunca estuvo donde le correspondía porque nunca se sintió obrero, aunque entonces la vida era de fuertes contrastes.
Al llegar la guerra tenía 22 años y las fuerzas republicanas le detuvieron, él no quería ir al frente. Yo creo que aunque se sentía de derechas nunca quiso combatir ni en un bando, ni en otro. Por vivir en Madrid le tocó el bando republicano del que se escapó en varias ocasiones y su vida estuvo en peligro durante toda la contienda.

Cuando éramos pequeños mis hermanos y yo le escuchábamos hablar de la guerra al calor de la lumbre en la cocina de Torrelodones. Ya jubilado escribió de forma visceral sus recuerdos, en los que proporciona datos que sirven para recomponer parte de sus peripecias de la guerra, de ellos me valgo para escribir estas notas. Yo creía que su "historia" era un poco fantástica, pero al comparar sus datos con los que da Antony Beevor me abrumo por la coincidencia, no sólo de los hechos sino también algunas de sus opiniones...
Fue detenido por milicianos y la primera vez lo llevaron a la iglesia de la Paloma que funcionaba como checa, cuando lo sueltan no entiende muy bien por qué le han detenido. La segunda vez después de varias traslados lo llevan a la Cárcel Modelo en la que durante la noche había sacas, después es trasladado a la calle Farmacia en el colegio San Antón donde pela patatas y limpia lentejas, allí matan a alguno de sus compañeros. Una noche está su nombre en la lista de la saca, salen cinco autobuses pero durante el trayecto un motorista intercepta la expedición y dos de los autobuses rezagados son enviados a la prisión de Alcalá de Henares. Él dice que había llegado el tiempo de su ángel tutelar, porque iba en uno de los dos autobuses que fueron interceptados para salvarlos. En Alcalá la gente estaba contra los prisioneros, pero se les enfrenta el delegado de Prisiones un anarquista llamado Melchor Rodríguez. Se celebra un juicio contra él y lo condenan por desafecto al régimen el 2 de marzo de 1937  y lo llevan como miliciano a la XIV Brigada Internacional.
Ofensiva en Guadalajara.- "Salimos de Alcalá de Henares camino de Guadalajara para contener a los militares que avanzaban sin encontrar resistencia, andando y con el fusil a cuestas y en fila india, pasamos por Loeches y en la carretera me encontré este libro..." (24-5- 37) Mi padre encuentra en la cuneta un libro mutilado de la Regla de san Agustín al que habían arrancado parte de las hojas, lo guardó como una señal del cielo.
Regla de san Agustín a sus monjas
Regla de san Agustín
Regla de san Agustín con las páginas arrancadas.

La batalla de la Granja, mayo-junio de 1937.- Después de ese episodio cuenta que está en el frente de la sierra de Guadarrama en Valsaín, Santa María de la AlamedaPeguerinos, ya que las tropas republicanas pensaban tomar Segovia. Él cree que lo llevaron con la XIV Brigada porque era de choque e iba a morir con seguridad. Esta brigada según Beevor venía de Córdoba y estaba mal organizada, en la sierra de Madrid es prácticamente machacada (3.000 bajas) un tercio de su número. Afortunadamente mi padre enferma y no va a la batalla, pero hace de cocinero...
Juan Alarcón en la Sierra de Guadarrama 1937
Mi padre en la sierra de Guadarrama primavera 1937

 De Santa María de la Alameda lo trasladan a La Guardia un pueblo de Toledo donde volvieron a reforzar la brigada con material y hombres. Las fechas y los tiempos son confusos en lo que él llamaba diario, porque  lo escribió muchos años después de la guerra, de todas formas sigo su orden porque de sus narraciones orales solo conservo memoria de episodios inconexos.
En el Ebro.- Pasan unos días subidos al camión lleno de lentejas, recorren Valencia pero no paran allí, Sagunto, Castellón y llegan a Gandesa. A las afueras del pueblo instalaron la cocina y el hospital de campaña. Y otros van para Alcañíz, pero ya había sido tomado por las tropas de Franco (14 de marzo de 1938). No tengo claro en qué momento llega mi padre al Ebro, parece ser un poco después de la toma de Alcañiz, pero da la sensación de ser un momento de gran desorden: "nosotros tuvimos que salir corriendo en completo desorden corriendo como gamos hacia el río Ebro". Como pierden su batallón una patrulla los recoge y los lleva a la orilla del río para hacer trincheras y nidos de ametralladoras, en el batallón de Zapadores. Allí conoce a un muchacho argentino que se había alistado en las Brigadas Internacionales llamado Luis que trabajaba como médico.
Todas las noches bajaban al río a hacer trincheras, zanjas y nidos de ametralladoras. 1ª huida: Un día mi padre le propone a Luis escapar a la vuelta del tajo. Llueve mucho, mi padre se esconde tras una higuera y ambos se escapan en dirección contraria al campamento, se dirigen a Barcelona: "Desde estas altas montañas divisamos, lejos, muy lejos el río Ebro que parecía como una cinta de plata extendida en la llanura, al otro lado como una alfombra azul el Mare Nostrum que nos serviría de guía hasta la capital catalana". Caminan paralelos a la costa para no perderse. Comen en alguna masía. En Vilanova i la Geltrú los atrapa un miliciano y los lleva a una escuela de oficiales donde se hacían cursillos para prepararlos para el frente. 2ª huida: En una ocasión les piden ayuda para sacar un camión que estaba atrapado en un bache y en vez de hacerlo huyen otra vez hacía la sierra "salimos a la calle cuando una lluvia caía sobre los avellanos"... Cuando llegan a Barcelona corren peligro pues acechan a los prófugos para detenerlos, por lo que deciden entrar en un Cuartel de Recuperación que había en las Atarazanas. Luis se va a un batallón de sanidad y mi padre continúa en Barcelona.
Bajo falso nombre.- En la Embajada Argentina le gestionan un pasaporte falso que no llegó a conseguir, pero su certificado de identidad de 12 de octubre de 1938 dice Juan Escasena Morilla que pertenece a la Intendencia del XXIV Cuerpo del Ejército, cuyas siglas eran C.O.P.T.I. "Marchando siempre adelante/ el COPTI número 2/ con sus valientes soldados/ muchachos de corazón..."Con esta canción nos despertaba mi padre en muchas ocasiones. En este periodo parece que la vida de mi padre cobra un respiro. Entonces es trasladado en grupo a Arenys de Mar donde se instalan en una masía, allí conoce a otro joven con el que congenia, Miguel. Los cursillos tocan a su fin y le llevan a Vallbona de les Monges, se instalan en el monasterio, aunque dormían en casas particulares. Mi padre va a parar a una casa donde fue muy bien recibido: "fue para mí aquel hogar lo mejor que encontré en mi andadura por toda Cataluña, me trataron como si fuese un hijo". Después los trasladan a San Martí de Maldá, él asocia este cambio al momento en que el frente de Lérida se iba desmoronando. La guerra se está acabando, los trasladan a Caldas de Montbuy y con su nuevo amigo deciden escapar para no ir al frente, esta sería la 3ª huida de mi padre, esta vez hacia Francia cruzando los Pirineos, sin nada...
Después de muchas penalidades llegan a la cima de los Pirineos, pasan a Francia y son encerrados en el Campo de Concentración de Saint Cyprien hasta que son "liberados", en realidad son llevados de un campo de concentración francés a otro en España, donde son tratados con igual desprecio que en Francia: en Hendaya la guardia civil les registra y les quita lo poco que les quedaba; después la Plaza de Toros de San Sebastián y León, donde los conducen al Campo de Concentración de San Marcos... Tiene piojos, sarna y fiebre alta porque se le ha infectado la vacuna que le pusieron. A los pocos días de estar en san Marcos recibe una carta de Pilar, la señora que lo alojó en Vallbona, y alegre sale al patio del recinto envuelto en una manta  para respirar aire puro, piensa que están haciendo gestiones para sacarle de aquel sitio. Un franciscano que le conoce gestiona su salida del campo de concentración para que regrese a Madrid.


Tarjeta enviada por Pilar Saltó a mi padre J. Alarcón en el campo de concentración de León
Texto de la tarjeta: mayo de 1939
Nunca compartí las ideas políticas de mi padre, pero entiendo su postura, nunca pudo ser objetivo porque él vivió la guerra, la que le dejó una huella imborrable.

2 comentarios:

  1. Toda persona es un mundo por descubrir, un testigo de un trozo de nuestra memoria histórica que es necesario recuperar para valorar y comprender parte de nuestro presente.
    Un artículo precioso
    b.

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    1. Efectivamente ese es el valor de cada testimonio. ¡Gracias!

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